Casi dos semanas han pasado de la OCC, la carrera mas corta de las que se realizan en el Ultra Trail MontBlanc y hoy os traemos la crónica de Maria Jose Guillen corredora canaria del equipo Asics y del Arista ProTeam, que como bien nos cuenta ella, no traía la mente muy dispuesta a sufrir pero al final ….
Venia con miedo y dudaba si mi cabecita aguantaría 56km ya que no traía el trabajo hecho de casa. Muchos nervios previos y al arrancar, todo se va. El único objetivo que tenia que tener era llegar a meta.
Salimos como animales enjaulados desbocados. Las primeras sensaciones no fueron buenas, llevaba la pierna izquierda muy bloqueada; agujetas, nervios o no sé pero no me dejaba correr como quería, me sentía muy pesada y eso me bloqueaba.
Mientras avanzaba, caminaba en todas las subidas porque mi cuerpo no me dejaba trotar o era imposible por el desnivel, visualizaba mi llegada a meta, en ese “arco”pero intentaba no avanzar más en mi mente de cómo me iría en todos esos kilómetros que me aterraban y que sabía que eran muchos y, me centraba en el momento; mi respiración, el paisaje….en todo menos en el miedo.
Me asusté en varias subidas porque mi pulso se ponía por los suelos y no tenía fuerzas para subir, parecía que me quedaba dormida, ir a 72 pulsaciones no es normal así que intentaba trotar aunque fuera tres pasos para ver si subían pero no daba resultado, así que tocaba de nuevo relajarme y ver la estampa tan espectacular que tenía ante mi.
A partir del km 26 empecé a sentir que me quemaban los talones y sabía que me estaba haciendo daño, la Meri que llegó a Chamonix lo hubiera tomado de excusa para pararse y tirar la toalla pero esta vez tenía que luchar contra mi misma y tenía que vencerme, dejar los demonios fuera de una vez por todas, esos que hacen que tenga miedo a correr después de un año de muchas “mini lesiones” y, seguir pensando que el tiempo en esta carrera NO era importante aunque me fastidiara.
El resto de kilómetros caminaba cada vez que me apetecía o mi cuerpo me lo pedía, no había más que escucharlo, iba con calambres más de los últimos 20kms porque se me perdieron las sales así que me hacía la tarea más difícil y pensé: “esto es otra excusa que no voy a coger, tengo que llegar a meta y si es caminando así será”. Perdí mucho tiempo parando por eso pero iba avanzando segura, ¡ya casi lo tenía hecho y sonreía!
La llegada a meta, ufff con los pelos de punta y una gran sonrisa, ¡lo había logrado! Ya estaba allí, con mucho público y todos los que me quieren siguiéndome desde la distancia y los que estaban conmigo no dudaron en ver mis lágrimas, lágrimas de alegría y satisfacción por haber llegado a una de las metas más flipantes que he pisado, la meca del Trail y, saber que había vencido, sobre todo a esos demonios interiores, que los mandé a paseo para que se queden bien lejos.
Ha sido increíble estar aquí por primera vez, no tiré la toalla y estoy orgullosa. Después de un año complicado, esto es un punto de inflexión para que crea más en mi, para que todos los miedos queden atrás, para que me dé cuenta que si se lucha todo se consigue y por supuesto para seguir disfrutando muchos años de este deporte que tantas sonrisas me saca.
Como se dice: “Otra más para la saca
Fotos: Alex Fraguela