Crónica de la Transgrancanaria 119 km

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Paso por Garañon km 79 (363)

Nuestra compañera Ana Bustamante, quien ya nos conto  sus aventuras en el Tor de Geants, nos trae esta vez su visión de la carrera en la Transgrancanaria de 119km.

TRANSGRANCANARIA 2013. LA UNION DE LA DUREZA Y LA BELLEZA

«Una palmera muy simpática el otro día me llamó “mujer lluvia”, al final voy a creerme de verdad que atraigo al líquido elemento, tendré que ofrecerme en lugares de sequía para que, en lugar de sacar  a la virgen de turno, me saquen a mi.

12 horas de  fría lluvia es lo que la isla nos tenía preparado a los 420 ultreros que nos habíamos inscrito en la Transgrancanaria 2013 y a otros tantos inscritos en las otras distancias,  nada hacía presagiar cuando aterrizamos el jueves por la noche que al día siguiente tendríamos que luchar con un circuito exigente de verdad y una climatología más propia de nuestro querido Norte.

Nunca consigo dominar mis nervios pre-carrera y esto me tiene muy enfadada conmigo misma, si no salgo a buscar podio  voy segura de llegar con tiempo a los controles, la noche no me da miedo,…¿por qué tengo que llegar a la línea de salida con esta tensión? Pues nada, otra vez más de lo mismo.

Me intento distraer con todos los grandes que allí se han dado cita Nerea, Xari, Pablo, Aitor, Zigor, Miguel y con amigos de otras pruebas como los magníficos palmeros Poche y Emilio, dos canarios que también han conocido las mieles del Tor. Me siento protegida y observada por Ana Memphis y por Encarna, se que ellas van a estar pendientes de mi en todo momento y, como no, río con el sentido del humor de Sergio.

Salida desde Agaete (13)

A las 12 nos vamos al lío  sólo entonces mi corazón vuelve a “ser normal” y no una locomotora desbocada. Fuertes subidas y empinadas bajadas en una noche con una temperatura de lo más agradable. Al principio las risas y los comentarios para soltar tensiones que se van apagando a medida que la noche y la montaña nos engullen.

Pero la borrasca tiene prisa por acompañarnos y ya la tenemos aquí, una lluvia fría sumada a viento en los altos y a la niebla que se lleva muy mal con mi  frontal, me va enfriando el cuerpo y tengo que duplicar las fuerzas  para generar calor y seguir avanzando, ¿Cómo puede ser tan fría la lluvia aquí????.

Paso por Artenara (18)

 El terreno, duro ya de por si, se vuelve complicado, las piedras patinan y el barro hace acto de presencia, tirito, mi cuerpo no calienta por más que corro y 


Al final de la bajada me encuentro con Ruben Y Blas, dos asturianines con los que he coincidido en más pruebas, Blas lleva mal el estómago, sigo y me voy un poco preocupada, logrará seguir?? Aún queda mucho y con esta noche tan mala… al final me entero que los dos consiguen ser finisher.

Camino deprisa. Y por si fuera poco con ésto, ahora también me entra el sueño, estamos en un tramo de asfalto y creo que voy haciendo eses, mi cabeza empieza a montarse películas extrañas, frío??? Sueño???, y si me ocurre algo??? Igual me retiro… han sido contadas las ocasiones en las que he tenido este pensamiento en las pruebas que he realizado, ni tan siquiera en el Tor se me pasó por la cabeza, pero este día, estoy verdaderamente preocupada. Hay que sacar fuerzas de donde sea, en la siguiente bajada quizás todo vaya mejor, pensamiento positivo que surte efecto.

Amanece, me gusta este momento en las carreras, despertar con la tierra y ver como nacen de nuevo los colores, como todo huele mejor, creo que es mi momento zen, me da paz, me siento tranquila y unida más que nunca a la montaña. Con las luces del día se retoman las conversaciones, charlo con un grupo de Madrid, con Rober un chico alemán que me cuenta lo enfadado que está con la Merkel ,…

Sigo avanzando pero noto mi cuerpo más mermado que otras veces, la lluvia el frío y lo exigente del terreno han hecho su trabajo así que le digo a mi coco que me ayude un poquito, me pongo a planificar la semana, el curso con mis chicos, la cena con los amigos, la visita a mis sobris, … me imagino que en momentos más flojillos cada uno tendrá sus estrategias, las mías son sencillas pero a mi me funcionan.

 Y sigue lloviendo….

Me marco como objetivo el kilómetro 80 en Garañón, allí me cambiaré de ropa para quitar esta humedad que me tiene aburrida y veré a Ana y a Encarna, a ver si me ponen al día de los primeros puestos y me cuentan que tal va Pablo.

Y entonces deja de llover y sale el sol.

Ahora disfruto de la belleza de esta isla, siempre que veo sitios tan hermosos pienso que tendría que ser obligatorio para toda la gente ver lugares así al menos una vez en su vida. Barrancos infinitos vestidos de verde vegetación, rocas con formas que parecen talladas por grandes escultores, bosques cargados de sonidos, es impresionante, realmente este año en su afán por hacer la prueba más montañera han dado con un recorrido digno de recorrerlo. Me pongo la música y encaro la interminable subida a Garañón, tardo tres horas pero ya estoy aquí. Mi estómago está un poco perjudicado , he ido comiendo trocitos pequeños de jamón, de pan y de barrita pero yo creo que el esfuerzo me lo ha dejado un poco tocado. Es aquí donde me entero que Pablo se ha retirado en el kilómetro 30, la rodilla que ya traía lesionada se le ha resentido, me da pena, luego hablaré con él, es duro tomar esta decisión pero hay que controlar la ambición porque al final puede ser peor. Encarna y Ana me ponen al día de la gente que conozco, la gran Nerea va en cabeza, bien, eso está muy bien.

Paso por Garañon km 79 (366)Paso por Garañon km 79 (372)

Más o menos una maratón es lo que me queda para llegar a meta, esto ya está hecho, jajajaja!!! Como se relativizan las distancias y se optimiza el recorrido, si miro el perfil ya sólo me queda una subida y todo lo demás bajada, la realidad es más dura y más complicada pero la mente, que es la que manda ahora, sigue con  sus propias estrategias.

Lo bueno es que la temperatura ha mejorado bastante y el suelo está bastante seco en esta parte. Poco a poco va anocheciendo aunque una chica previsora como yo lleva en la mochila mas baterías para la frontal de las que realmente necesita. Llegando a Teror la noche es total, me despisto un poco en esta zona, no encuentro las cintas y no se si me he pasado el pueblo o me lo han movido de sitio, pregunto a una chica y si, parece que voy bien.

En esta segunda noche vivo otra situación diferente a las que he vivido hasta ahora en carrera, la verdad es que estas pruebas son tan largas que te da un tiempo a experimentar un montón de situaciones, pues bien, lo que me toca ahora es la soledad más absoluta,  es como si la noche se hubiese tragado a todos los demás, vamos porque llevo un dorsal que si no hubiera pensado que estaba en un entreno nocturno,… me concentro en seguir bien las marcas, están bastante distanciadas y esto a veces me genera un poco de inseguridad, bueno si me pierdo, mientras tenga luz, a algún sitio llegaré, no hay que agobiarse.

Y claro que llego, el barranco de Tenoya, el terreno más destroza pies que recuerdo de la primera vez que hice la Trans, está ahí mismo, y sus cantos rodados me van a hacer desear verdaderamente llegar a la meta que está al otro lado. Salimos un momentín del barranco, ¡que alivio! Los vecinos de Tenoya saludan a los participantes. Aunque hasta ahora no me he referido al pueblo canario creo que es momento de decir que esta gente es verdaderamente especial, hospitalarios, amables, divertidos, gente que en los avituallamientos se han volcado con nosotros para que no nos faltase de nada, así que creo que ésta manera de ser unido a la espectacularidad de los paisajes es lo que me tiene realmente enganchada a las islas.

La visión de Las Palmas me agita de nuevo el corazón y llamo a Pablo, sólo me queda bajar y disfrutar de la entrada en meta. Bajo llenando mis retinas de ese cielo estrellado, de esa playa que ya se intuye, y me voy despidiendo de la montaña y dándole las gracias porque a pesar de lo duro que me lo puso esta vez, yo se, que ella, a su  manera a cuidado de mi y me ha vuelto a dar  todo eso que aún no se como llamarlo pero que me hace sentir tan grande.

Es el  último kilómetro a meta, llevo 25 horas en mis piernas y en mi cuerpo pero una gran sonrisa invade mi cara, veo a Pablo y a Encarna que llevan muchas horas esperándome, los saludo, y feliz muy feliz … finalizo este nuevo reto, los 119 kilómetros ya son míos».

Salida desde Agaete (1)

Como siempre un lujo contar con la colaboración de Ana, contándonos sus retos y sobre todo esa manera tan especial de transportarnos allí donde ella ha estado.

Gracias y ya estamos esperando tu próxima aventura 😉

Esta entrada tiene 4 comentarios

  1. josema

    Como siempre me alucinas, seras bajista pero eres grande.
    A pablete que se mejore

  2. blas

    Genial….. las ultras son asi …..cuerpo y mente …. ninguno puede fallar y cuando uno flaquea el otro ayuda y apoya…..

  3. Enhorabuena Ana!! Estuoenda carrera la tuya en una edición que si, que salió más dura que nunca en la Trans. Doble mérito.

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