En este momento estás viendo Embarazo y deporte, primeros meses

Embarazo y deporte, primeros meses

Para cerrar la semana, vamos a contaros la experiencia de nuestra compi Mari y su embarazo, vamos a saber como ha ido adaptando sus objetivos para este año y cómo mientras no haya ningún peligro ni ninguna contraindicación médica, hacer deporte nos va a ayudar a llevar mejor el día a día, adaptando las actividades y su intensidad a nuestra situación. Vamos con los primeros meses.

«Hoy os vamos a hablar de dos aspectos, a priori, muy distantes, pero que en realidad están muy unidos y son muy importantes entre sí. Y todo ello desde el punto de vista tan personal como es la propia embarazada, en este caso nuestra compi Mari.

«Soy una persona con una actividad deportiva bastante intensa, practicante de un amplio abanico de deportes como son el triatlón, que ya engloba tres disciplinas, natación, ya sea en piscina o aguas abiertas, bicicleta, de carretera o de montaña, y carrera, por montaña o asfalto, este último no me gusta tanto y lo practico solo si es estrictamente necesario, el asfalto me aburre; esquí alpino, este año empecé con el nórdico, raquetas de nieve y todo lo que algún amigo me proponga.

Cuando tienes que preparar alguna prueba en concreto los entrenamientos son muy estrictos y pautados, y además de ello adaptarlo a los horarios de trabajo, pero aun así sacas tiempo de donde sea. La historia cambia cuando te planteas ser mamá y sabes que tu actividad deportiva va a estar muy disminuida pero hasta que no llega no eres realmente consciente.

Cuando te planteas intentar quedarte embarazada ya no tienes objetivos de temporada y los entrenamientos cambian, ya no son tan planificados y aún no hay prohibiciones así que practicar bici de montaña, natación, esquí o carrera por montaña sigue estando dentro de mi diario de deporte. La cosa cambia bastante cuando ya sabes que lo estás aunque el chip de la cabeza aún no. Los médicos te recomiendan que no hagas deportes en los que puedas recibir impactos o caídas, y entre ellos está la carrera. Aunque se haga de manera controlada en sitios donde no hay riesgo de tropezar o incluso en cinta la recomendación del médico de no hacerlo es porque debilitamos el suelo pélvico aún más de lo que se debilitará durante el embarazo.

Como he dicho en el párrafo anterior cuesta cambiar el chip y a mí me ha costado mucho, sobre todo en los primeros meses que aún te encuentras fenomenal y como si nada estuviese cambiando dentro de ti. Ya sé que los tres primeros meses son los más delicados y que para muchas personas son los peores porque les da mucho sueño, vómitos o mucho cansancio, pero no me ocurrió nada de eso y estaba como si nada. He de reconocer que alguna salida controlada con la bici de montaña o alguna carrerita si hice, e incluso hice esquí alpino a otro nivel del que suelo hacerlo, pero probablemente mal hecho por mi parte.

 

Lo comento tan claramente porque seguramente no vuelva a hacerlo de la misma manera en otro embarazo y, por supuesto, no lo toméis como ejemplo a seguir.

Llegados los tres primeros meses mi cuerpo aún me pide deporte a las mismas intensidades de antes y pararme a pensar y decidir que tengo que bajar una marcha me cuesta tanto que mi humor cambia, supongo que las hormonas también ayudan, pero vas asimilando que hay una vida dentro de ti y asumes que no es tan malo puesto que puedes seguir haciendo deporte.

El rodillo con la bici, la natación y los paseos por la montaña a ritmos rapiditos son ahora mi principal actividad, aunque también hago raquetas de nieve, que al fin y al cabo es caminar pero en un medio distinto y con otro material.

También he realizado algo de esquí nórdico, pero como son los comienzos tuve una profesora que estuvo conmigo en todo  momento y la situación estuvo controlada.

Cuando ya no conté con su presencia hice lo básico sin bajadas complicadas porque, desde mi punto de vista, no es un deporte muy recomendable para las embarazadas puesto que el riesgo de caída, así como en el alpino, existe y es probable, ya sea por un error tuyo o por un error de los demás en el caso del alpino.

Desde el quinto mes la barriguita empezó a crecer, antes no se me notaba nada. Ahora ya se siente al bebé, aunque en realidad lo llevo sintiendo desde la semana diecisiete. Y pensareis que la prescripción del médico con respecto al deporte ha cambiado, pero no es así, todo sigue igual porque el embarazo sigue un curso normal y sin riesgos. Probablemente fuese de otra manera en caso de alguna complicación pero os hablo de cuando todo marcha bien.

 

Ahora mismo son cinco meses y medio y en dos semanas se nota como el perímetro abdominal ha crecido, pero eso no es impedimento para seguir haciendo deporte a intensidades medias. Noto que me canso más que antes, pero todo se está comprimiendo y es normal esta sensación.

Ya estáis viendo la total compatibilidad del deporte con el embarazo. La actividad ayuda a que algunas cosas que suelen aparecer en las embarazadas como son las piernas hinchadas, aumento de peso excesivo, varices y un largo etc no ocurra, aunque cada persona es un mundo.

Os iré contando la evolución hasta el final y tened en cuenta esta frase: “estamos embarazadas, no enfermas”, así que moveros y haced deporte».

 

 

Deja una respuesta