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LAS 24 HORAS ULTRAFONDO BARCELONA EN PISTA 2021 – CRÓNICA MAITE ROJO

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Hoy os traemos la crónica de MaIte Rojo que ya nos contó en el 2019 su aventura en las 12horas de Can Dragó, su paso y de que manera!! por las 24horas en pista de Barcelona de Can Dragó de este 2021 donde se hizo con la primera plaza y sobre todo con la plaza para su sueño de la Spartathlon, pero vayamos a que nos lo cuente ella 😉

Después de dos años, que ya sabemos como han sido… 

Hace un año se canceló el Spartathlon, la prueba mítica del ultrafondo en ruta y una de las más duras del mundo, en el que nos habían seleccionado a mi hermano y a mi (Diego ya fue finisher en el 2018 y yo fui de apoyo), el cual era nuestro sueño correr juntos.

El año pasado acabé corriendo en Auckland Nueva Zelanda, para poder tener la marca mínima, que son 170 kms para mujeres, o la marca directa que son 212,5 kms. No llegué a la marca directa pero gané la prueba y fui segunda de la general con 206,45 kms.

Con el tema del Covid y sin competiciones en España, todo el mundo siguió la carrera que me hubiera podido llevar a representar a España en el campeonato del mundo que se celebraría en Bucarest, que también se canceló este año. 

Al tener entrenamiento acumulado y conociendo las 24 horas de Barcelona, en las que ya compitiera dos veces para las 12 horas, además de que la organización se puso en contacto conmigo al ganar en Auckland, no me lo pensé y me inscribí este verano antes de que se acabaran las plazas.

Por fin pude volver a España después de dos años para estar con mi familia. Decidí invitar a mis padres a que vinieran y mi hermano que se ofreció a hacerme de apoyo. Y hasta una de mis mejores amigas que vino de sorpresa al estadio.

Allí llegaba después de un largo año de viajes y trabajo pero con muchos meses de entrenamiento para correr por tercera vez en Barcelona.

Correr en pista fue mi deporte de la juventud y volver a Barcelona era como correr en casa. Toda la organización que me conoce, grandes amigos en la pista que repiten cada año y arropada por toda mi familia, parecía un sueño. 

Ya empezaban los nervios porque había estado toda la semana viajando, entre aviones y coche, lo cual me pasaría factura. Pero muy emocionada con 170 inscritos, además de gente en las 12 horas, 6 horas y por equipos, el estadio estaba lleno!!! 31 nacionalidades distintas y mucho nivel de corredores, como Andrii Tkachuk que es la tercera mejor marca del mundo y venía desde Ucrania.

Le tenía mucho miedo a la meteorología, ya que he estado entrenando en la Polinesia con temperaturas de 30 grados y pasaba al invierno de Barcelona en el que suele hacer mucho frío de noche. Al final durante el día hizo hasta calor y las temperaturas de noche con cielos despejados, no bajaron de los 7 grados, sin lluvia ni viento. Espectacular para los corredores. 

Mi problema fue algo que nunca me había pasado antes (como suele pasar, siempre algo que no planificas) dolor de rodillas, sobre todo la derecha desde la 5/6 hora. Lo cual me hizo sufrir durante 18 horas más corriendo, a ratos mejor gracias a mi hermano echando crema y cuidando de mi nutrición e hidratación a ratos peor hasta cojear. Ahí empezó todo el entrenamiento psicológico de un ultrafondista, hacer de tripas corazón y aguantar si quería llegar a mejorar mi marca y hacer los 212,5 kms tan deseados.

Pero ya sabemos como es, sino tienes problemas intestinales, tienes ampollas, dolores musculares o lesiones que te hacen parar. En mi mente me dije desde un principio que no me iba a retirar, quizás no lo conseguiría, pero lo iba a luchar con uñas y dientes. Para mi sorpresa me coloque casi desde el principio y la primera corredora tuvo problemas y se retiró. Ir de primera desde la segunda mitad de carrera, me motivó aún más y fue pasando la noche, la cual para mi no suele ser un problema por el sueño. Cuando ya empezaba a amanecer, en los que no me entraba más comida sólida, pero intentando meter mediante líquidos lo máximo posible, me quedaban 5 horas para acabar y no estaba convencida que lo lograría. Unas veces con música, cantando, hablando conmigo misma en voz alta, haciendo ejercicios de respiración o simplemente hablando con otros compañeros intenté seguir cada paso y cada kilómetro. 

Al final faltando dos horas parecía que lo iba a conseguir y empezó la cuenta atrás. Mi hermano gritaba: “te quedan diez kilómetros y tienes dos horas” botando de alegría.

Todo el mundo en la pista me animaba cada vuelta que pasaba y eso me llevo a que lo consiguiera a falta de 40 minutos. Mi hermano que corrió a la contrameta y mi amiga, donde llegué a los ansiados 212,5 km y empezamos a llorar los tres de la emoción. Seguí corriendo y andando porque ya no podía más, ya que la rodilla dolía igual o más al andar, seguí corriendo un rato hasta que dieron el bocinazo de finalizar la prueba, en el que yo pensaba que había hecho 215 y llegaron a los 216, 907 km. 

Un pasillo de corredores, en los que solo terminaron 126 y todo el mundo abrazándose y dándose la enhorabuena.

Podium también internacional, con la mención especial a que fui la persona que viajó desde más lejos para llegar allí.

Lagrimas, miles de fotos, una emoción y una sonrisa que va a tardar en borrarse de la cara. Todavía no me lo creo. El ser humano es increíble y todavía seguiremos buscando los límites.

Próxima parada si la vida me deja, Spartathlon en Grecia con 246 kilómetros y de momento a descansar.

Gracias a tod@s por leer

Maite Rojo – Ultrafondista

Entrenadora en Nomadssports

Fotos: Pako Pota y @andreugg

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