Ahora que estamos de vacaciones y parece que todos tenemos tiempo, recuperamos el autoregalo de cumple que se hizo nuestra compañera Ana Triviño por su 46 cumpleaños y que fue ni mas ni menos que la ultra los 101 Peregrinos de Ponferrada
«La edición 2016 de los “101 Peregrinos – Ponferrada” coincidía con el día que nací hace ya más de 40 años, el 30 de Abril, y tengo que decir que es la primera vez que lo celebro aguantando “de marcha” durante algo más de 15 horas y media 😉
Perfil y recorrido
Suponía mi reto personal del año, un regalazo de cumple si lo conseguía, con sus 102 kms. de distancia y un desnivel acumulado de 7438 m. (subida y bajada), muy atractivo por atravesar parte de la ruta leonesa que siguen los peregrinos en el llamado “Camino de Invierno”, como alternativa al “Alto de O’Cebreiro”, muchas veces cubierto de nieve y difícil de cruzar.
Para poder recoger los dorsales a tiempo y dormir lo más posible, llegamos a Ponferrada el viernes 29 por la tarde y yo me alojé en un confortable y moderno albergue en pleno centro de la ciudad, donde el ambiente era sin igual ya que esta carrera cuenta con 3 modalidades: corredores/marchadores, mountain bike, y maratón. Así pues, la concentración deportiva era única y la ciudad estaba a tope, tanto que muchos participantes tuvieron que buscar cama a las afueras o dormir en el Poli, que era una opción que daba la Organización, así como la tradicional cena de pasta, a la que nos apuntamos un montón de amigos que coincidimos en muchas de estas pruebas.
Tras una noche de poco descanso por preparativos y nervios, bajé hasta el Polideportivo El Toralín, donde empezabámos, acompañada de 2 compañeras de habitación que realizarían el recorrido caminando y 2 biciosillos (bikers) equipados técnicamente de punta en blanco con sus respectivas bikes. Me llamó mucho la atención lo dispar de nuestras metas, encontrándose en el mismo sitio. Sorprendente y admirable el afán de superación y la motivación que nos mueve a cada uno dentro de nuestras posibilidades y retos personales.
Tras unas fotos y buenos deseos en una radiante mañana primaveral, se da la salida a las 8,30h. y comenzamos a calentar motores siguiendo a la multitud de ciclistas por un terreno fácil, de poco desnivel y por el que atravesamos el caudaloso Río Sil, y nos vamos alejando de la ciudad.
Los pueblos que atravesamos madrugan para vernos pasar y nos ofrecen avituallamientos líquidos cada 5-8 kms. y sólidos entre 8-10 kms. lo que es todo un lujo para una carrera tan larga. Además, tengo que decir, que muy bien surtidos y atendidos por los MARAVILLOS@S VOLUNTARIOS. Mi agradecimiento SIEMPRE hacia ellos!
En el pueblo “Villalibre de la Jurisdicción” hago mi primera parada de hidratación, y me entero, dentro del buen ambiente que generan sus habitantes, de que es el pueblo de las 3 mentiras, porque ni es villa, ni es libre, ni tiene jurisdicción, pero lo que sí es verdad, es que su gente es alegre y cordial, y que no deja de animarnos tanto de ida, como de vuelta, ya que desde Ponferrada a la localidad de “Santalla del Bierzo” a 15km., la ruta es la misma y nos despedían hasta la hora de la cena.
Ya en Borrenes, las Médulas se dejan ver y el disfrute visual te hace olvidar los kilómetros que tienes por delante.
Las impresionantes vistas al Lago Somido a lo lejos y las siluetas rojizas de las Médulas me ayudan a llegar al avituallamiento del Alto de los Cerezales, donde para mi sorpresa, me encuentro con unos amigos entrañables con los que comparto unos inolvidables momentos.
Gracias Luismi que diste de beber al sediento!!! Gracias Rubén, por recordarme que el logo va a la izquierda!!!
Tras un largo descenso por un sendero corrible y empinado por el que sólo es necesario dejarse caer, llego a la población que se considera la mitad de ruta: “El Puente de Domingo Flórez” (Km. 46), donde una paisana me anima diciéndome: “estás en la mitad, ya sólo te queda volver”. Aquí es donde la Organización despliega un verdadero campamento de ayuda y avituallamiento para todos los participantes, y es donde yo aprovecho para hacer una parada más extensa, cambiarme de calcetines, hidratarme bien y comer el plato de pasta que cocinan los voluntarios que trabajan a destajo. Es hora también de llamar a casa para que me feliciten, que no hay que olvidar que es mi cumpleaños!!!
Antes de retomar el camino, me invito a un PWD a la salud de mis compañeros que siempre les tengo presentes.
Ahora comienza lo más duro, ya que a pesar de haberla hecho en 2014, han cambiado esta parte del recorrido y sólo sé que me esperan 20 km. de subida hasta la cumbre más alta de la ruta (1320 m.), que se hace físicamente peor por la hora del día que es, y el intenso calor que comienza a hacerse notar.
Algo antes de llegar al alto de Ferradillo, hay otro gran campamento montado, con tiendas de ejército para ayuda técnica a ciclistas y mucha comida de nuevo. Observo que a partir de Puente, casi todos los avituallamientos están apoyados por soldados del Ejército de Tierra, lo cual te transmite máximo apoyo y seguridad.
En varios tramos de la subida, los 4×4 conducidos por soldados, pasan preguntándote si vas bien y si necesitas alguna cosa. Y sinceramente, es difícil mantener la mente concentrada y rehusar del servicio de “transporte” hasta la localidad más cercana, que queda bastante lejos todavía.
Poco a poco se va poniendo el sol y comienzo a abrigarme, caminos entre varios corredores, que ya no corren tanto y vamos haciéndonos de liebres y tortugas durante casi todo el descenso, hasta que divisamos a lo lejos el “Castillo de Cornatel”.
Según nos vamos acercando, nos encontramos con muchos turistas haciendo las últimas fotos del atardecer y nos prevén del barro que hay en el sendero que nos lleva hasta Villavieja, al que llegamos ya completamente de noche.
Después de abrigarme bien y tomarme un caldito calentito y unos huevos duros aliñados con azafrán, servido por una amable voluntaria que estaba acompañada de toda su familia, salgo sin pensar a recorrer los últimos 20 kms. que se perfilan bastante lentos por tratarse de un continuo sube y baja en la oscuridad, a pesar de que llevo el frontal puesto y de los reflectantes señalizando el camino. También ayudan las luces rojas de otros compañeros que van delante y varios ciclistas rezagados, que nos acompañan a los corredores en las subidas, y que perdemos en las bajadas. Ahora se trata de recorrer el camino a la inversa, y eso ayuda mucho porque vas recordando cómo estabas esta mañana y lo cerca que está Ponfe.
La entrada a la ciudad de nuevo atravesando el Sil y siguiendo por el parque es bastante húmeda y la temperatura ha caído bastante, ya es media noche y estamos en el Bierzo. Pero ahí están ya el crono y el arco de meta iluminado, y, según me acerco, veo que también está ahí mi sonriente compañera Mar recibiéndome con los brazos abiertos. Y es que nada se agradece más en ese momento!!! Logro atravesar el arco de meta 2 horas antes que en la edición de 2014, lo cual supone un auténtico regalazo de satisfación y motivación para esta veterANA que una vez más os relata sus pequeñas historias.
Aprovecho para dar las gracias y enhorabuena a Mar Ruíz que consiguió el 4º puesto de la clasificación general y a la que espero ver en nuevos retos.