Mi segundo Maratón de asfalto tuvo lugar en Valencia el pasado 5 de Diciembre 2021. Este año fue especial por la vuelta a la edición “popular”, aunque la participación no llegó a ser la esperada. Con unos 16.000 participantes, sólo el 16% mujeres!, y el 39% extranjeros atraídos por su recorrido llano y rápido que lo hacen acercarse al récord mundial y contar con el premio del mejor maratón de España.
No es que yo pretenda batir récords pero sí me llama mucho la atención su recorrido y sobre todo las condiciones climatológicas (siendo la segunda vez que participo), aunque esta vez no fueron tan beneficiosas para correr durante casi 4 horas.
Hasta la 1/2 de Valencia, que se celebró el 24 de Octubre 2021, con un día expléndido y cálido y en el que hice un tiempo bastante aceptable para mi edad 😉, venía realizando el plan de entrenamiento propuesto en la aplicación oficial de la carrera. Un plan exigente y en mi opinión no apto para principiantes, ya que salían 70km. semanales y las TL de más de 2 horas se prolongaban hasta las 2 semanas antes de la carrera. Hice las pruebas de los 10 y los 21k, y resto de entrenos, aunque eso sí noté que llegué con las piernas cansadas y no notaba la soltura de otras veces, esa que cuando bajas la intensidad días antes, y el día D tienes verdaderas ganas de correr. Por lo que decidí rebajar los entrenos y descansar más días. El tapering del maratón lo hice más largo del que dictaba el entrenador de la aplicación y gané confianza (sobre todo mi estado físico, mejoró).
El ansiado día de la prueba me encontraba bien y contenta.
El día soleado aunque la previsión meteorológica estaría dominada por vientos de poniente que soplarían con intensidad en las zonas abiertas. Zonas desfavorables kms 6-7, 11, del 13 al 16, del 24 al 28, y del 32 al 34. El viento fue mi gran enemigo. Creo que hubiera preferido lluvia y granizo antes que las ráfagas que dominaron 1/3 de la carrera y me dejaron muy cansada psicológicamente. Hasta el k20 no me enteré, aunque luchaba por unirme a algún “grupo” o corredor fuerte que me hiciera de pantalla. Fui prudente y mantuve mi ritmo de maratón hasta el k30, distancia en la que entras en el centro de la ciudad y sólo tienes que dejarte llevar por el ambiente, música, gritos y ánimos del público. El ambiente es festivo y los valencianos te hacen sentirte como en casa. En el 32 vuelves a salir del centro y a zona abierta, por lo que comencé a sufrir por el viento de cara, y esta vez me notaba cansada. Tomé el segundo gel y reducí bastante el ritmo para hidratarme bien. Me acordaba de mis hermanos que me estaban siguiendo, y notarían el descenso del ritmo. Seguía luchando y olvidé que en el k25 había sentido la necesidad de hacer una parada técnica al WC. ¿Habían otras cosas más importantes en mi mente? El sufrimiento apareció y lo demás parece olvidarse. Es cierto que pasan muchas cosas en 42k.
Cuando volvimos a meternos en la ciudad y conseguí llegar en “ups & downs” a la Estación del Norte y pasar la Plaza de Toros, mis sensaciones no eran buenas y esa “chispa” que te inyecta en los últimos kilómetros, no llegaba a encenderse. Mis piernas pesaban toneladas y mis brazos eran los que tiraban de mi cuerpo. Mi cabeza hecha un lío, entre mis piernas y visualizando la alfombra azul, no hacía más que repetirme durante los 10 últimos minutos “la tienes ahí” y acordarme de mi familia que me estaba apoyando con todas sus fuerzas (porque sabían que me hacían falta).
Finalmente logré entrar en los últimos 500 metros y ya con la meta tan cerca y los corredores tirando unos de otros, las sensaciones de alegría y satisfacción alejaron el desgaste muscular y sobre todo el peso psicológico que es lo que me reventó de verdad.
Ahora que puedo describirlo, me siento muy satisfecha de haber luchado literalmente “contra viento y marea”, porque tuvo mucho mérito terminarla.
GRACIAS a los que me apoyásteis!
Felicidades campeona! Sí lograste un récord, el de tenernos a todos entusiasmados siguiendo tu ritmo!