Hace un par de semanas se celebro los 10.000 del soplao en Cabezon de la Sal en Cantabria. Entre las distintas pruebas que se realizan una de ella es el Maratón.
Nuestra compi Nuria Larrubia estuvo allí y nos cuenta su experiencia
«Soy una aficionada a correr por la montaña, ella es mi gran pasión, pues saca lo mejor de mí, me hace aprender continuamente y es uno de los lugares donde me siento más feliz. Aunque prefiero correr por el monte a mi aire, sí me gusta apuntarme a alguna carrera como reto y motivación y tras el pequeño parón desde que he sido madre, he vuelto con más fuerzas y energías.
Los que me conocen saben que la ilusión y el tesón que le pongo a todo, quizás a veces sea excesivo, pero es lo que me empuja hacia adelante y pueda con todo lo que me propongo. Sin embargo cuando me apunté al maratón del Soplao, no pensé que se convertiría en una de las carreras más emocionantes para mí, por todo lo que ha supuesto.
No es la distancia más larga que he hecho (pues andando he superado los 100 km en Ronda o en la Madrid- Segovia), ni mi primera carrera de montaña (ya que he corrido otras), ni mi primer maratón (corrí la maratón de Madrid hace casi diez años), pero sin duda ha sido mi primer maratón de montaña y una de las carreras más emotivas que he hecho.
Por fin se acerca el gran día y como soy tan emocionable me pongo nerviosita, como digo yo. Desde comienzos de semana tengo esos nervios mezclados con ilusión previos a la carrera para acompañarme hasta que den el pistoletazo de salida.
La noche previa a la carrera es para mí un momento mágico, el ritual del corredor, preparar minuciosamente todas las cosas que llevaré durante la carrera y concentrarme, preguntándome si mañana se me dará bien, si el cuerpo me responderá… ¡¡qué ganas de salir a correr ya!!. Leo en el móvil y en facebook muchos mensajes de apoyo y ánimo uff qué subidón.
Dan mal tiempo y lluvia, como el frío y yo no nos llevamos demasiado bien meto en la mochila alguna cosa de más, junto al cortavientos para la lluvia, comida y agua y la manta de supervivencia más un mini botiquín que me acompañan en cada salida….Madre mía, esto pesa mucho, saco algo de comida que he metido de sobra, pero menos no voy a llevar.
Hasta la 1:30 no me meto en la cama, hora a la que me siento lo suficientemente cansada después del viaje (llegamos esta tarde desde Madrid) para poderme dormir sin problemas. El despertador suena a las 6:00 ¡¡arriba!! Aunque mi estómago está cerrado como un puño allá va el desayuno que ya me agradecerá el cuerpo, aunque no ahora precisamente.
No llueve, a ver si aguanta hasta que empecemos a correr. Por fin llegamos a la salida y allí estamos mi primo Rober y yo, con el que haré parte de la carrera, dispuestos a hacerlo lo mejor posible. También están mi marido Rubén y mis hijas, mis amigos y familia de allí apoyándonos para vernos salir. Hay congregados más de 7000 participantes entre la modalidad de bici, maratón y marcha a pie, y gran cantidad de gente animando. Madre mía qué nervios, suena ‘Thunder’ y salen las bicis y después de casi 20 minutos de agonía, por fin, ¡¡allá vamos!!.
Los dos primeros kilómetros son por asfalto y con la emoción de la salida, la gente animando y al ir con mi primo, noto que el ritmo que llevo es más alto del que llevaría yo. Llegamos a la primera subida hacia el palo de Santibañez, allá vamos, paso a paso…tranquilamente. En esa primera subida comienza a adelantarnos gente de la marcha a pie, que ha tenido que correr para alcanzarnos en esos 2 km. Ahí comienza el debate que por lo visto hay cada año: como la inscripción a la marcha a pie es más barata que la inscripción a la maratón, la gente se apunta a la primera aunque luego lo haga corriendo, algo injusto para los que pagamos la inscripción al maratón, pero bueno allá cada uno con sus cosas.
En la subida noto que tengo algo pesadas las piernas, pero sólo acabamos de empezar, igual es la subida o el ritmo, rápidamente llegamos arriba y cresteamos y entonces llegamos al cortafuegos famoso. La organización nos indica ¡¡fuera del camino, bajad por fuera del camino!!! Ya que era un barrizal completo y la verticalidad del terreno lo convertía en un auténtico tobogán. Pues allá vamos por los matorrales y comienza la diversión…
Lo que más me gusta es bajar y por sitios menos clásicos más, no me creo especialmente buena, pero es dónde veo que gano terreno, aunque cuando entreno con Rubén y le veo en las bajadas me siento como un caracol junto a una liebre.
Comienzo entonces a bajar por fuera del camino, ‘a cholón’ (como decimos en el argot bandolero) y a toda mecha entre las bardas. Bajando comencé a adelantar a mucha gente y en medio de la bajada escucho una voz que me grita ‘ehhh, tuuu, no bajes tan rápido que te vas a caeeeer’, ‘talonaaa, baja más despacioooo’ y me doy cuenta que va por mí, yo que iba disfrutando de la bajada, ajena a los tortazos que se daba la gente y feliz de la vida… ah, que tengo que bajar más despacio, pensé, alucino con este paisanuco, qué pasa ¿nunca ha visto correr a nadie en montaña? ¿O es que como soy mujer se supone que tengo que ir más despacio? y como seguía insistiendo grité ¡¡¡déjame en paaaz que ya sé como bajaaar!!! Y otro corredor detrás de mi le gritó ¡¡¡deja a la chica que baje como le de la gana!!! La verdad es que me quedé alucinada…. Jajaja. La bajada entre las argomas fue para mí lo más divertido de la carrera.
Tras otra bajada muy cómoda llegamos corriendo a Ruente, vamos mejor del tiempo previsto, qué bien y allí están Rubén con las peques y mi prima Ruth esperando ¡¡Qué emoción!! Apenas les vemos porque seguimos sin parar ¡¡qué animación!! La gente está volcada con campanos y todo. Un poco de aquarius y sin parar continuamos.
Nos espera un trozo de pista, ya pierdo de vista a Rober que coge su ritmo y yo sigo tranquilamente, la verdad es que no noto las piernas como siempre, las tengo un poco más pesadas y mi gemelo ha hecho un amago de ponerse duro, qué raro… la humedad quizás. El chico que me vio bajar el cortafuegos me reconoce y me dice, ‘qué plasta tu amigo, que no te dejaba bajar tranquila’ y me río con él diciendo que no le conocía de nada y que hay gente para todo, una anécdota que quedará en mi memoria, desde luego.
Sigo subiendo, por la pista que es la parte más aburrida del camino y la carrera se desvía luego por un bosquecillo, allí veo a Rober que me está esperando, llegamos juntos al bosque y luego sigue él a su aire.
Más diversión ahora, hay barro para aburrir, pero esto hace más entretenida la ruta, así que continúo muy animada, veo a Nando un compi con el que nos hemos ido cruzando desde que salimos y tras una divertida marcha por el barro llegamos a la campa de Ucieda. Allí está de nuevo Rober, sería el último momento que nos veríamos pues la próxima vez sería en la meta.
Breve parada para comer plátano, naranja, hidratación y a seguir. Para empezar otro cuestón, con tranquilidad que acabamos de comer, poco a poco voy subiendo hay gente y es incómodo porque aunque en la subida voy lento me frenan en las bajadas pues el sendero es estrecho y por fin llegamos a la ruta de los puentes, mis piernas están ahora genial y me encuentro perfecta de fuerzas.
Esta es una de las zonas que me encantó de la carrera, es un sube y baja que rodea varias laderas, por el bosque, cruzando riachuelos y puentes de madera, estaba entera embarrada, pero es una zona muy divertida para correr, salto de árbol incluido. Aquí conozco a Magui y a Noe, con quienes compartí gran parte del camino y con quienes llegué a meta. Llevamos un ritmo parecido y vamos adelantando a grupos en las bajadas, que luego nos alcanzan en las subidas y así continuamos durante toda la ruta de los puentes.
Al terminar esta parte está el avituallamiento y ahora queda la temida subida al Toral, de la que he oído hablar y a la que todo el mundo nombra con temor. Momento de concentrarse, saco los cascos y me pongo música, es mi momento, vamos allá: primera subida fuerte, voy bien y me concentro en mis pensamientos, en ver cómo estoy disfrutando de la prueba, en lo que me está costando subir y lo que me gusta ese esfuerzo, ¡¡primera subida hecha!!. Ahora a trotar cresteando, al fondo se ve el subidón del Toral, y entonces me acuerdo de mi amigo Nico, que se apellida igual y que ya me habló de él, bueno allá vamos.
Llega el subidón y paso a paso, poco a poco, concentrada de nuevo sigo, pienso en Rubén esperando en meta, sin saber nada de mí y en mis peques, en mi primo que no sé qué tal irá, en el entrenamiento previo, en las bandoleras, en la gente que me ha dedicado palabras de ánimo en estos días… y sobre todo, en que lo estoy consiguiendo sola. Comienza a lloviznar y cuando me quiero dar cuenta ¡¡ya estoy arriba!! Ha sido genial una cuesta dura pero me ha encantado ahora llueve fuerte, saco el chubasquero y lo que digo en voz alta es ¡¡bueno ya que lo hemos traído, menos mal que así lo usamos!! sé que ahora queda gran parte de bajada y una leve subida allá vooooy.
Corro con la lluvia y estoy feliz me siento muy bien, adelanto a gente y sigo bajando sin poderme quitar la sonrisa…llego al último avituallamiento, qué fuerte están haciendo salchichas. Me limito a naranja y plátano, ya que no sé qué combinación haría una salchicha en mi estómago con el revoltijo de leche condensada y bollitos varios que he comido por el camino, apenas paro y sigo.
Más bajada, ha dejado de llover, llamo a Rubén y le digo que voy genial, que no se preocupe, me emociono, lo estoy logrando y me encuentro bien, sé que está hecho y que la meta está ahí, se me saltan las lágrimas de la emoción.
Falta una subidita al palo de Cos, que aunque no es mucha tras haber bajado corriendo noto que se me hace un poco pesada y…¡¡¡a bajar ya!! No puedo parar de sonreír, sé que lo he logrado, una gran bajada después y allí está la gente animando, vamos…sólo queda la recta de asfalto, qué dura ahora, pero no paro de correr, la gente anima y aplaude, estoy muy feliz voy en una nube.
Estoy casi llegando y se me saltan las lágrimas, ¡¡qué sorpresa!! veo caras conocidas a Pablo y Encarna que están esperando a Ana que viene de la ultra ¡¡qué ilusión!! y al momento a las personas que más quiero, mi hija Alejandra viene a mi encuentro y en ese momento me derrumbo en un mar de lágrimas…allí está Rubén sonriente y mi pequeña Laila, que hace unos metros conmigo pero se asusta, sigo con Alejandra hasta la línea de meta y no puedo parar de llorar y entonces veo a Rober que llegó antes que yo, las lágrimas se convierten en llanto incontrolado de emoción, porque atrás han quedado 45 km de barro, algo de lluvia, momentos para disfrutar, para sufrir y un nuevo logro.
En la foto que me hizo Rubén con Rober mi cara resume la cantidad de sentimientos que se juntan en ese momento y que todos los que compartimos esta afición pueden comprender. Ana Bustamante, una gran deportista y mejor persona, comentó al ver la foto una frase que no olvidaré: ‘Esa emoción que muestras, Nuria, es la que da sentido a todo lo que hacemos’ y es cierto, en eso se resume.
Gracias a Rubén y a mis princesas por estar ahí, porque hicieron completa la felicidad de haber llegado a meta, a Rober con quien me apunté a esta prueba, a Ruth a Nico y Laura que estaban allí esperando y a todos los que me apoyasteis desde la distancia.
En este nuevo reto superado tengo que mencionar a mis queridas bandoleras, pues conseguir hacer una carrera no es sólo el día de la misma, es el entrenamiento previo y ellas son las que han estado compartiendo montaña y risas conmigo durante meses y son las que me han hecho darme cuenta este año que soy más independiente y más fuerte de lo que pensaba. Ana, Bárbara, Itziar, Maribel, Marga, María y Noe,¡¡Mil gracias chicas!!, estoy encantada de haberos conocido»
Si os ha gustado la crónica de Nuria no os perdáis mañana la de Ana Bustamante y su aventura en el Ultra del Soplao con 123km. Un lujo compartir experiencias con mujeres como ellas.
Fotos: Nuria Larrubia
Nuria enhorabuena por tu cronica.Me parece que le das demasiado impetu a un echo aislado a lo de la bajada ,esa persona se preocupaba por ti y lo mas seguro es que te lo dijera por tu tecnica inadecuada de bajada lo que le honra y a ti te resta deportividad .Una buena cronica empañada por algo que no deberias ni mencionar .Atentamente Fran