Sin duda alguna, Zegama tenia una deuda pendiente con Sara Alonso y en este 2025, esa deuda se cerró.
La corredora vasca logró una victoria aplastante en una carrera que, más que una competición, fue una reivindicación personal. Y como no podía ser de otra forma, lo hizo en casa, arropada por el calor del público y apoyada en cada paso por la tecnología de su reloj COROS, que la acompañó en todo el proceso de preparación y ejecución.
Un regreso muy esperado
Después de un 2023 marcado por las lesiones y una inesperada neumonía en 2024 que le hacia abandonar Zegama el mismo viernes previo a la carrera, Sara Alonso volvía con un objetivo claro: demostrar que estaba de vuelta. Creció en Donosti, a tan solo 40 minutos del recorrido, y tiene cada curva grabada en la memoria. Tras su tercer puesto en 2022, esta edición no era una más: era su momento. Y vaya si lo fue.
Preparación con cabeza… y con COROS
Zegama no perdona. Sus subidas implacables y la energía brutal de su público exigen una preparación meticulosa. Durante las 10 semanas previas a la carrera, Sara mantuvo una carga de entrenamiento constante, combinando sesiones de asfalto, montaña, bicicleta y elíptica. Pero fue en las dos semanas finales cuando afinó su forma. «Combino sesiones de intervalos en asfalto y cuesta arriba en la montaña con carreras largas y sesiones regenerativas.»
Con su reloj COROS, programó entrenamientos específicos en segmentos clave como la subida a Aratz, que completó en tiempo récord. “Puse mi reloj con los segmentos en vivo para el Aratz y lo hice en mi mejor tiempo.”
En su carrera de entrenamiento del 7 de mayo, terminó el segmento en un tiempo de 50:51, situándose en segunda posición de la clasificación Strava. Durante la carrera del 25 de mayo, mejoró esa marca en otros 10 segundos.
Además, utilizó métricas de recuperación, frecuencia cardíaca y seguimiento de forma física para llegar a la línea de salida en su mejor versión. Dormía bien, su VFC estaba en verde y su cuerpo, preparado para darlo todo.
Domingo y Victoria
Con una estrategia brillante, Sara decidió atacar desde el inicio. En los primeros 16 kilómetros, con la subida a Aratz incluida, ya sacaba tres minutos a sus perseguidoras. La subida a Sancti Spiritu, el tramo más icónico y ruidoso de Zegama, la vio aumentar su ventaja hasta los cinco minutos. Aunque Judith Wyder recortó distancias en la bajada final, el colchón era suficiente: Sara cruzó la meta en 4:27:25, consiguiendo una victoria más que merecida.
Lo que viene
Con la Zegama en el bolsillo, Sara planea unas semanas de bajo impacto antes de enfrentarse a la segunda parte de la temporada: OCC, los Campeonatos del Mundo de Canfranc y la final de las Golden Trail Series. Un calendario exigente que, con cabeza y planificación y la ayuda de COROS), promete más alegrías.
Si algo ha demostrado Sara es que, cuando cuerpo, mente y tecnología trabajan en armonía, los sueños se cumplen.
“Nunca hay que dejar de soñar. Con trabajo duro, los sueños pueden hacerse realidad”.
Eskerrik asko Sara
Fotos: Coros y Christian Alonso