Hace dos semana se celebro la 3ª edición de la carrera Trasierratrail en Madrid y nuestra amiga Barbara, nos manda una crónica de la carrera de 25km. Gracias por compartirla con nosotras y mucho animo con el resto de retos que te esperan a lo largo de este año.
«Llego el gran día, 23 de marzo. 3 de las 4 amigas inscritas en los 25km de la carrera Trasierra ahí estábamos, damos botes, carreritas…. ¿calentamiento?, no, nervios. Un arco de meta como fondo que parecía decir “soy tu reto, seré tu victoria”. Eso esperábamos. Habíamos elegido esta carrera para nuestro paso de 18 km a 25 km. Gran acierto en la elección.
Un inicio de carrera ancho durante un buen tramo, evitando embotellamiento facilitando que cada uno cogiese tranquilamente el puesto y el ritmo que deseara sin impedir el paso a otros corredores. Este hecho hizo feliz a Shinichi, que con su cámara no paraba de hacer fotos y sonreír a las corredoras. Eso sí, luego muy amablemente las colgó en la web de la carrera, junto con un montón de gente más, gracias a los cuales todos podemos disfrutar de vernos y hacer una comparativa de que el esfuerzo tiene un precio, y es el de salir acicaladas y limpias para llegar trapajosas e irreconocibles.
Tras pasar la viñas, subimos por enormes rocas, entramos en la maleza y ya estabamos entre pinos. YA?¡¡¡¡ ¿el primer control? Que rápido se ha pasado.Y… ¡¡¡¡¡corredores en dirección contraría a mí!!!!!
Un poco de lio de cintas, ¿es por aquí, es la de 12km o la 25km, nos hemos de dividir? Algunos corredores preguntan, hay algo de confusión. (Quizá en la siguiente edición los de control de chip si reculan 4 pasos podrán ir indicando que eso es un bucle para que se siga recto). Aunque también podría ser que en la siguiente edición me espabile, vaya de las primeras y así yo misma indicar a los del medio para atrás que deben seguir hacia delante 😉 🙂 🙂
En general, salvo este pequeño despiste, la visibilidad de las cintas puestas por la organización me pareció perfecta, siempre se veía como mínimo dos cintas seguidas dando seguridad y facilitando la carrera de tal manera que no te tenias que parar para ver por dónde tirar. (Bueno… alguna despistada hubo, pero ya se sabe que en la viña del señor tiene que haber de todo) También es de agradecer que en los tramos donde el circuito de la carrea giraba bruscamente o había bifurcación de caminos, siempre se encontraban niños animando y señalando pertenecientes a algún club deportivo, pues todos iban con el mismo chándal.
Esta carrera ha sido mínimo el tramo de pista, vamos que de eso se trata una carrera de montaña, disfrutar el encontrarte entre vegetación y no en una pista de tierra con vehículos levantando polvo que te obliga a masticarlo, y en ciertas carreras te llevas ese chasco. Pero en esta no. Todo lo contrario.
Un sol perfecto acompañado de un airecito fresco evita correr sin calores por los senderos, entre las piedras, matorrales, los desniveles, pinos … y ¿¿UNA PLAYA??? ¿¿Pero dónde estoy???? en la Costa Brava, en una cala de Menorca… que es este paraíso de aguas azules oscuras, el verde de los pinos, una arena blanca. Lo sabia debía haber corrido con gorra, el sol me ha afectado y esto debe ser un espejismo. Esto es una maravilla, aquí hay que volver, hacer un buen entreno con todo el grupo y acabar con un chapuzón. Al haberme separado de mis amigas, este comentario se lo hago a un desconocido, que al cabo de unos km pasa a ser conocido, claro 😉
Y… ahí tenemos el famoso tubo. Una subida de tierra suelta, que es aconsejable subirla cual animal de cuatro patas, ayudándote con las manos. Pues nada a por él. Hecho. Abandono a mi nuevo y efímero amigo.
Bajadita trotona al puesto de avituallamiento. Por favor radiosalil ¡¡ réflex ¡¡ algo me va dando un pinchazo. Con toda la amabilidad y atención de los que asisten el avituallamiento dicen que no tienen, pero que el año que viene sin falta porque ha sido una petición masiva. Vale, volveré para comprobarlo. Porque esta carrera me está encantando. Buen ambiente, gran paisaje, avituallamientos con exceso de bebidas, fruta fresca, gente amable, te permiten rellenar el bidón propio, te animan…. Seguimos.
Tramo final de bajada el pinchazo es agudo pero como no queda otra, se sigue trotando. Conozco a Javier que ha quedado para comer, ve que va a llegar tarde y toca correr si ya solo quedan 4 km. Charleta para animar el trayecto; que si tiene un niño, que qué bien le ha servido esta carrera como entreno, que yo le digo que por ahí no es que siga las marcas, que si me contesta que es que esta pensando que debía llevar el vino a la comida y no sabe donde lo va comprar…. Hombre tras 20 km a uno le da tiempo en pensar y organizarse lo que se va a hacer esa misma tarde e incluso la semana entera…
Ya está, ya se ve la calle, la recta final. Ah¡ una de mis amigas ya ha llegado, que ilusión¡¡. Mi marido, ya duchado y entero como si no hubiera corrido, me aplaude. “no te acostumbres – le digo – En la próxima carrera no te daré tanta ventaja”. El resto de amigas que no pudieron correrla han venido para jalearnos, gritar, silbar, vamos básicamente hacer el ridículo en plena meta que es lo que les gusta. Crece la ilusión. Se te olvida los km recorridos, los pinchazos. Me arreo con toda la chiquillería, mis hijos, los de mis amigos y juntos A CRUZAR META. Estos ENORMES segundos de vida, efímeros pero intensos momentos, tantos entrando en meta pero sintiéndonos como sólo uno… …. son los que hacen que disfrutes aun más si cabe de la cerveza bien fría y sin límite que ofrece la organización.
Por eso dos días después me siento a escribir para agradecer a la organización y a la gente que altruistamente a colaborado en la carrera, animándoles para que se vuelva a realizar una edición más. Y he elegido esta página para su publicación, en agradecimiento, porque una vez publicaron unas fotos de una entrada en meta con mis hijos que tengo mucho cariño 😉
En resumen; circuito muy bonito y sin pistas. Bien señalizado, fotógrafos y muchas fotos colgadas en la web. Se agradece, pero creo que ha fallado no tener a alguien en meta realizando la foto de llegada. Avituallamientos completos, generosos y con gente atenta, falta que tengan un spray anti-inflamatorio. Llegada a meta con cerveza bien fría, ensalada de pasta completísima y fruta no solo para los corredores sino también para los familiares de éstos. Chapó.
Como sugerencia, para no solo esta carrera sino todas en general, creo que se debería plantear el habilitar una carpa o una zona para los hijos, de cierta edad, de los corredores. De tal manera que mientras los padres corren ellos estén haciendo actividades, carreras, mini entrenos…. Cada vez hay más casos en que ambos padres corren. Y hay que motivar a que los niños se introduzcan ya en este mundo o por lo menos no apartarlos. No siempre se puede depender de amigos que se encarguen de ellos».
Desde Avernotrail dar la enhorabuena a la organización que año a año consigue que la carrera se convierta en un referente y donde se nos cuida a las chicas de manera especial. Enhorabuena a nuestra amiga Belén Diez que se hizo con el podio femenino repitiendo la victoria del año pasado y con Mónica Llorente segunda y Eva López en el tercer cajón. Cabe destacar que las tres corredoras hicieron doblete también en categoría veteranas.
Como primera senior femenina, entró la abulense Silvia Robles, seguida de la local Marimar Caselles y la madrileña Nuria Acero.
El podio masculuno fue para Robert Nieuwland que se impuso por un escaso margen al cebrereño Fernando Carrasco, completando el podio el atleta local Luis A. Muelas.
El podio de veteranos fue para Luis A. Rodríguez, José A. González y Agustín Suñer.
En la prueba corta de 12 km, el atleta local Manuel Maqueda prevaleció sobre Jesus Araque y Pedro I. Carmona. En féminas, fueron Patricia Casarrubios, Susana Haro y Silvia Suárez las integrantes del podio absoluto. En veteranos, Benjamín Merino entró con holgada ventaja respecto a Miguel Reviejo y José M. Oliva, mientras que en veteranas lograron el podio Paula Álvarez, Marisa Cortés e Isabel González.
