Aunque a la mayoría de corredores de montaña el asfalto les espanta y no les gusta mucho, de vez en cuando hacer una carrera y entrenar para ello, no viene mal, es el caso de Lidia que antes de meterse de lleno en su temporada de montaña ha estado preparando el maratón de Barcelona. Aquí os dejamos su crónica.
«La noche anterior apenas conseguí pegar ojo. Nos levantamos a las 6.00 ,desayuno lo de siempre y para la aventura.
Conseguimos aparcar sin problemas y nos dirigimos a la salida. Es la maratón con mayor participantes de todas las que he corrido y esta todo muy bien organizado. Nos despedimos de Itzi,calentamos y nos damos las cremas Best.
10 minutos antes de la salida me despido de Salva y de Samu que van al cajón de delante,son los primeros que van a salir.
Conecto el pulsómetro pero no me marca, tampoco me importa mucho porque tengo claro que voy a salir a 4.50 el km .
Salida espectacular y conecto el crono
Los primeros km son de subida pero llevo bien el ritmo con facilidad, sobre el km 7 se suaviza y sigo animada y muy entretenida con el publico que realmente te lleva, incluso de vez en cuando hay grupos tocando tambores y cantando.
Van pasando los km y cerca del 20 me cruzo con Samuel que va bastante bien. Justo paso la media maratón con 1h 42 minutos,voy sobre lo previsto. Me tomo el segundo gel y sigo disfrutando hasta que se aproxima el km 26.
Aquí ya las patas se quejan y los km son mas lentos,de 4.50 paso a 4.55 5.00, 5.06 5.12…..ufffff, ostia que ya ha llegado el muro.
Pierdo mi grupo y aparece gente de atrás que me pasa sin piedad ,también hay algunos acalambrados estirando y con cara de pocos amigos.
En varios avituallamientos pido gel pero no tienen, me hubiese tomado decenas de ellos.
Los km cada vez me cuestan más pero lo peor es la decepción y tristeza de haber echado todo a perder.
Sobre el km 37-38 me pasa el globo de 3.30.
Pensaba que con la de ultras que llevaba en mi historia de corredora, como era posible que en menos de 35 km ya no fuera capaz de mover esas dos estacas.
Por fin llega el km 41, al rato el 42 y por fin meta, veo a Samuel y Salva con cara de pena. Por lo visto ellos también han petado.
Tenia mucha ilusión por bajar mi marca, daba por hecho que iba a ser pan comido, pero veo que el maratón de asfalto no es ninguna tontería, al final 3,39.
Me quedo con lo bueno, como no, la gente que he conocido y volver a ver a amigos que nos regala este mundillo»
A veces las cosas no salen como esperamos pero es de estos momentos de los que mas aprendemos y ese trabajo seguro que sale cuando menos te lo esperes. Suerte con esta temporada!!!
Esta edición de la maratón de barcelona ha sido mas dura de lo esperado. La calor passó factura a los corredores.
Coincido contigo en que este año ha estado muy bien organizada y que de vez en cuando vale la pena cambiar la tierra por el asfalto 🙂
Esperó coincidir contigo en alguna carrera de montaña.
Un saludo
Guillermo
http://runniggargamel.wordpress.com