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Maratón del Meridiano – Crónica

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Hoy os dejamos la crónica personal de Maria Jose Payno y su paso por el Maratón del Meridiano, pero para quienes no la conozcáis, os dejo una pequeña introducción para poneros en antecedentes. (Quien mejor que Pedro Bianco, entrenador y amigo)

Maria Jose, tiene 32 años, abogada, metódica, ordenada rozando el fanatismo y luchadora. Su hándicap, el impulso.

Chica de gimnasio y salidas de correr por el retiro y la casa de campo, siempre le gusto la vida sana, alguna vez corría carreras populares de 10km que le parecían una locura de km.

Por el mes de Mayo del 2012, la invito a subir conmigo a Maliciosa y tras dejar atrás sus miedos y dudas, el flechazo con el Trail  comienza ese día de mayo. A partir de ahí todo va rodado, en poco tiempo encuentra un mundo de amigos que le aportan cosas para seguir mejorando y avanzando día a día.

La carrera que más alegría le da a fecha de hoy,  es el TP 80 del 2013, en el que consigue un 3º puesto, probablemente un plus de confianza para dar el salto a correr ultras y ser competitiva.

Su capacidad de absorber conceptos y experiencias la motiva a aprender a leer las carreras en papel,  extrapolar los gráficos de altimetría a su rendimiento físico, es muy disciplinada con el entrenamiento, como si fuera un soldado.

Claro que no todo son alegrías, ese afán de superación le lleva en algunos casos a cometer errores pero… quien no se equivoca??

Pero la virtud está en no repetir el error, en saber porque fue y cambiar para que no vuelva a pasar de la misma forma, tener esa capacidad de sacar lo bueno de cada carrera y tratar de corregir lo malo.

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Sin más preámbulos, os dejo con ella y su crónica.

CRÓNICA DEL MARATÓN DEL MERIDIANO 2014: UNA BUENA CURA DE HUMILDAD

«Gracias a este deporte del que me enamore hace ya casi dos años y a la reina de las redes sociales (Facebook), contacté con Jose Delgado (“Lechu”) que me dijo que si quería vivir una carrera bonita y dura de verdad tenía que ir en febrero el  Maratón del Meridiano 2014 en la Isla de El Hierro. Así lo hice y fue la primera de las carreras “objetivo” en las que iba a participar este año. La temporada empezaría temprano, pero con sol y con playa. Hable con Jose y la Organización de la carrera y tuve el gran honor de que me invitaran, eso la hacía más importante para mí, quería cumplir a rajatabla la planificación que me puso Pedro Bianco y sabía que podía tener muy buenos resultados.

Llegó el fin de semana de la carrera, me sentía SUPER FUERTE FISICA Y PSICOLOGICAMENTE, convencida de que me iba a salir un “CARRERON”. Había estudiado el perfil, visto los videos y soñaba con el podio: ILUSA DE MI.

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El viernes 31 de enero salí desde Madrid a las 6:50 de la mañana con llegada a El Hierro (escala de 3 horas en Gran Canaria) a las 14:20. Entrega de dorsales a las 16:30 estuvimos allí charlando y conociendo a los corredores y encontrando amigos de Madrid, briefing de la carrera, cenamos y nos acostamos cerca ya a la media noche. Me costó conciliar el sueño.

A las 5:00 de la mañana me desperté a desayunar algo y poder despedir a Jose Delgado para desearle buena suerte (con el Ultra del Meridiano  comenzaba su reto de 2014: 5 Ultras, 5 Continentes). Volví a acostarme pero ya no me dormí.

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A las 6:45 me desperté y una vez preparada salí a la calle. El día no es bonito, hay llovizna y niebla, pero a pesar de eso mis sensaciones son buenísimas.

A las 9:00, en la salida, ya no llueve. Yo  no me coloco muy delante pero es un ERROR porque se formó un embudo en la primera parte de la subida en el que es imposible adelantar aunque lo intente, trato de no preocuparme por ello porque aún queda toda la carrera.

El Maratón empieza con 1200 metros de desnivel positivo en 9 km (subida al Pico Malpaso, creo recordar) que  yo me había planteado como subir mi querida Maliciosa una vez y media queriendo alcanzar la cumbre en unos 90 minutos. Obviamente mis previsiones no se cumplieron porque era más duro ¿cómo una Mali por dos? Para rematar veo dos chicas delante y me voy a por ellas (ERROR).

Llevando ya una hora aproximada de carrera me tomo mi primer gel, no son los que me funcionan, pero los tenía en casa y esos llevé (ERROR). Consigo pasar a las dos chicas antes del primer avituallamiento del Km 6 (1025 positivos), voy pasada de rosca pero no importa, porque yo no he venido a esta carrera a pasear. Alcanzo los 1200 positivos en 2:01.

Quiero recuperar el tiempo que he perdido en los 12 km de bajada. TOCA VOLAR.

El terreno no me lo esperaba: bastante técnico, con piedras sueltas y los llanos eran de una graba negra en la que me  hundía casi hasta el tobillo (lo llaman picón) y cuesta correr, pero tengo que recuperar y lo voy dando todo. Llego al siguiente avituallamiento en unas tres horas de carrera (km 21 aproximadamente) totalmente desgastada. Como unos 4 higos,  mezclo con mi agua algo de isotónico del avituallamiento (ERROR: solo llevo agua, no llevo mi isotónico y además se me ha olvidado ponerle las sales, a pesar de que ya sabía lo de los calambres de Nerea).

Ahora tocan unos 350 metros de desnivel.  Empiezo a subir con las piernas bastante tocadas y ahora vienen los CALAMBRES en los femorales, los costados y en las plantas y los dedos de los pies (me acuerdo de Nerea), abro un stick de sales y me como la mitad del tirón, bebo liquido de la vejiga y sigo subiendo, me pasan las dos chicas otra vez. Llego a arriba y empieza a llover y el viento (km 24).

Comienza una bajada de unos 600 metros por una especie de adoquín negro, liso y mojado, pego un par de patinazos hasta que me encuentro a un tipo que va a un trotecin muy, muy suave. Me quedo detrás y recupero. Ahora solo quiero entrar en un tiempo más o menos decente para mí ¿unas seis horas y media? Llevo cuatro horas y creo que voy a ser capaz, lo más duro ya lo he pasado  o eso me creo yo.

Fran, el tipo al que estoy siguiendo, me empieza a hablar de la subida que vamos a afrontar: RUBITA, BIENVENIDA A TU INFIERNO: la última subida de 1000 metros positivos en 7 km. Después del avituallamiento de Sabinosa me reviso los pies y me ajusto las zapatillas (ERROR: las zapatillas me están pelín justas y ahora se me empiezan a dormir los pies). Ahora me fallan las piernas, los pies, no puedo respirar, siento palpitaciones en el pecho y en los parpados, mi cabeza comienza a decir que no, pero yo sigo subiendo.

Me pasa el primero de la Ultra, Jose Manuel León. Mi cara debía ser un poema porque me pregunta ÉL a MI  que cómo voy (se preocupa el ganador del ultra por mí, un corredor que lleva unas 8 horas de carrera, eso solo lo hace UN CORREDOR DE MONTAÑA). Le digo que bien, le ánimo y tiro para arriba un poco más. No mucho porque otra vez la nube negra. Ahora necesito hablar con alguien, quiero llamar a mi entrenador (Pedro Bianco) para que me dé un poco de ánimo pero no hay cobertura. Le escribo un Whatsapp: “He muerto… el objetivo es acabar. Me faltan aún 14 km.” Llevaba cinco horas y trece minutos, 28  km y unos 2000 metros positivos.

En el km 30 más o menos ya no quería ni acabar, mi cabeza solo me decía que abandonara en el próximo avituallamiento. Me apoyaba de las rodillas y miraba hacia arriba resoplando y no veía el fin de la montaña, no podía ni coger aire, totalmente negativa.  Volvió a aparecer Fran otra vez y me quitó la palabra ABANDONO de la boca. Me habló tranquilo y me esperó, me dijo que era mi cabeza, que necesitaba apartar todo aquello, que no pensara en lo que se esperaba de mí, que no abandonara, que siguiera, que  cambiara de mentalidad y me pusiera en  “MODO FINISHER”. Él me anima a mí, él que está con problemas de estómago… En un falso llano pudimos trotar un poco y se me liberaron las piernas y con eso la cabeza. En ese momento recogimos a otro corredor que se había quedado, Jose Ángel. Este chico me pasó a mí unos kilómetros antes y  me preguntó que si me importaba que fueramos juntos y yo le miré, sonreí y le dije “la verdad es que sí me importa porque ahora mismo no voy” (ERROR no dejarme ayudar en ese momento, me hubiera sacado de aquella). Jose Ángel se pone detrás mio y alcanzamos el punto más alto de la última subida los tres juntos (6 horas y 46 minutos).

Yo ahora ya estoy bastante recuperada. Me dicen que siga, que quedan 7 km de bajada y que haga mi carrera. Fran estaba también bien pero Jose Ángel no tanto. Fran se merecía seguir y yo decidí quedarme.

Jose Angel, me cuenta en ese momento que tuvo un accidente de coche hace unos años y que el neurocirujano le dijo que no iba a volver a caminar, a pesar de ello y por su capacidad de superación, no solo ha vuelto a caminar sino que además corre por la montaña. Su reto de este año (tomando como inspiración a Jose Delgado) es hacer  7 maratones de montaña, uno por cada Isla del Archipiélago. Su objetivo en esta carrera, conseguir la medalla de finisher para llevársela a su neurocirujano y demostrarle que sí que podía. Cada vez que lo recuerdo se me pone la piel de gallina.

Aprovecho para hacer un inciso y comentar que además de los TITATANES que se suben al podio en cada una de las carreras de montaña en las que nos inscribimos (y que son un verdadero orgullo y desde aquí felicito a cada uno de los ganadores de cada una de las pruebas del Maratón del Meridiano 2014), existen estos otros héroes que con sus historias y su forma de enfrentarse a la competición te enseñan lecciones de VIDA que valen oro. Felicitarles también a todos ellos y a todos los que se ponen un dorsal y afrontan una prueba de estas características. Estas personas también te muestran lo que es la ESENCIA DE LA CARRERA POR MONTAÑA Y TODO LO QUE LA MONTAÑA TE PUEDE ENSEÑAR.

Y AL FIN EL ARCO DE META: 42 km de montaña, 2.800 metros positivos aproximadamente con sus correspondientes negativos, 8 horas y 23 minutos. ¡Y tengo mi medalla de FINISHER!

Foto: Carlos Gonzalez
Foto: Carlos Gonzalez

RESUMEN DEL MARATON DEL MERIDIANO 2014: UNA BUENISIMA LECCION DE LO QUE ES CORRER POR LA MONTAÑA Y UNA EXPERIENCIA INOLVIDABLE.

Yo dije que la CORRERIA Y QUE LO IBA A CONTAR y así lo hago con una gran sonrisa en la boca. Simplemente aviso a los que no conocen esta carrera, ni el recorrido, ni la isla: AGÜITA CON EL MERIDIANO.

Quisiera desde aquí agradecer a Jose Delgado, a la organización del MARATON DEL MERIDIANO y a su DIRECTOR Juanjo, a los voluntarios (que sin ellos no habría ni una sola carrera de montaña) el hacer posible este evento al que pienso volver el año que viene con más tiempo y  mejor preparada y así TOMARME LA REVANCHA DEL MARATON DEL MERIDIANO 2015.

Además agradecer todo el apoyo a mi familia, amigos (Pedro, Alvaro, Oswaldo, Manu, Davides … ) y a los que me han mandado mensajes de ánimo (no os podéis imaginar todo lo que ayuda). Agradecer también la atención prestada por todas las personas que conocí y con las que compartí esta experiencia: Isidor, Jorge, Chelis, Cesar, Alberto, Carmen, Pedro, Álvaro, Jose Manuel (tantos nombres que ya no los recuerdo pero me acuerdo de todos ellos). A Memphis Madrid por dejarme publicar esta crónica en su blog Avernotrail.  

Especialmente dar las gracias a mi entrenador y otras personas que han confiado en mí y me  han ayudado a que pueda seguir corriendo en la montaña, no solo con material y suplementación (BES-T), sino también con sus ánimos  (Juan Manuel Abad)».

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Gracias a ti,  María José, por contarnos tu experiencia en esta carrera y ser tan franca, desde aquí solo nos queda recordarte que los días buenos saben a gloria pero los malos son los que nos hacen dar un paso hacia delante y mejorar, así que una sonrisa y a por la siguiente.

Fotografías: María José Payno.

Gracias a Pedro Bianco por acercarnos un poquito más a María José

Esta entrada tiene 2 comentarios

  1. Me ha encantado leer tu vivencia. Me da la impresión de que más que nunca se hace cierto el dicho de «Lo que no te mata te hace más fuerte». Es evidente que aprendiste muchas cosas en El Hierro, que harán de tí una mejor corredora. Nos vemos el año que viene!!

  2. Grande María José … bonita y emotiva crónica. En todas las carreras algo se aprende. Tu has hecho todo un master en el Meridiano.

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