Hoy nuestra compi Mari Carmen, nos cuenta la experiencia en su primer triatlon.

Antes de describiros mi experiencia en mi primer triatlón os voy a poner un poco en situación.

Normalmente estoy como voluntaria en pruebas deportivas, entre ellas el triatlón trystrong Bola del Mundo ó el Gran Trail Peñalara y otras pruebas las corro yo misma.

En Diciembre del 2016 se abrieron inscripciones para el triatlón bola del mundo que cuenta con dos distancias: largo (2000m natación/90km bicicleta/20km carrera a pie) y corto (1500m natación/27km bicicleta/10km carrera a pie) para disputarse el día 8 de Julio de 2017. El equipo trystrong formado a la cabeza por Iván Martínez y María José Payno son amigos míos y me dije: “con quien mejor que con ellos para iniciarme en esto de los triatlones y encima en casa”; entonces decidí apuntarme en la distancia corta. Desde entonces mi dinámica de entrenamiento cambió radicalmente en el sentido de tener que empezar a nadar en la piscina todas las semanas, cosa que me aburre bastante y espero cogerle el gusto algún día, llevar los entrenamientos a raja tabla y modificar algún que otro hábito alimenticio.

Fueron pasando los meses entrenando y un día me llama Iván y me dice que está organizando un triatlón en Sierra Nevada por Capileira  y que vaya para hacerlo, que me vendría bien como entrenamiento para el de Bola.

Mi primera respuesta fue que iba a ser mucho estando a un mes vista del objetivo marcado, pero cuanta más información recibía más me picaba el gusanillo de ir aunque tampoco tenía mucho tiempo para decidirme ya que la organización de la prueba ha sido en pocos meses y tenía que darle una respuesta definitiva. Al final de tanta insistencia por parte de Iván y María José decidí hacerlo.

Dos semanas antes, en un entrenamiento de series, me torcí el tobillo como nunca antes, me dolió tanto que en lo primero que pensé fue en las pruebas que tenía por delante y que me las había fastidiado porque se inflamó rápido y no podía casi apoyar. Probable esguince de grado II. Escribí a Iván para decirle que igual no podía ir a Granada porque me había lesionado pero que en ese caso iría para ayudarles como voluntaria. Después de ir a mi osteópata y tratarlo iba mejorando, pero los  entrenamientos habían cambiado por completo porque no podía correr en una semana; solo natación y bicicleta y probando el tobillo para que no molestase con intensidades bajas. A una semana vista ya iba corriendo en días alternos, en llano y pocos minutos. De ir como voluntaria la cosa cambió a: “hago la natación, la bici y algo de la carrera a pie”. El miércoles de la semana de la prueba el tobillo había mejorado aunque no estaba al 100% ni mucho menos y hacer el sector de carrera entero o solo unos kms iba a depender de si tenía molestias o no llegado el momento.

El viernes salimos de viaje hacia Capileira para estar tranquilos el sábado, ya que la prueba se disputaba el domingo 11 de junio.

Mi experiencia

La natación se realizaría en el Puerto de Motril, dos vueltas a un triángulo de 750m; la bicicleta desde Motril hasta Capileira, un pueblo situado en las Alpujarras granadinas, con 57km y 1970m de desnivel positivo y la carrera a pie con 12km de trail por Capileira y 430m de desnivel positivo.

El sábado bajamos a Motril para coger el dorsal y dejar la bici. También se podía hacer el domingo a primera hora pero yo preferí hacerlo así para mi tranquilidad. La bolsa del corredor a parte del dorsal y chip contenía geles varios, gorro de natación, bolsas para la T1 y T2 y el mejor regalo, una taza conmemorativa típica en las pruebas trystrong en la que luego nos encanta desayunar.

Después nos subimos a Capileira (cada vez que veía esas rampas pensaba en que iba a tener que subirlas con la bici) otra vez para dejar allí el material de la carrera a pie en la T2, aunque también podías dejarlo en la T1 en la bolsa blanca proporcionada por la organización y ellos te la subían a la T2. Para finalizar el día acudimos a la charla técnica para resolver posibles dudas y que todo quedase claro. Allí saludo a varios conocidos y me cuentan que vienen a estilo vintage como permite y busca la organización por recordar los inicios del triatlón.

Esa noche los nervios ya empezaban a aflorar aunque dormí bien. A las 5 de la mañana sonó el despertador, me prepare todo, desayuno (lo que me entra porque a esas horas y con los nervios no hay muchas ganas) y partimos hacia Motril, una hora aproximada de coche.

Entro en la T1 y empiezo a prepararme, chip, neopreno, gafas y gorro para la natación; gafas, casco, dorsal, geles y zapatillas para la bici;

tenemos unas calcomanías con el número de dorsal y las tres rayas de Trystrong y me las pongo en el brazo.

Son las 7:40 y ya estamos todos preparados para que nos den la salida; nos tiramos al agua para colocarnos en línea desde una de las boyas y a las 7:45 suena el pistoletazo de salida.

Empiezo a nadar intentando evitar manotazos y patadas y lo logro porque enseguida el grupo se dispersa. Los primeros 100 metros me agobio un poco porque entre los nervios y la adrenalina me suben mucho las pulsaciones, nado unos metros a braza, me tranquilizo y empiezo de nuevo a nadar a crawl cogiendo mi ritmo.

Cada pocos metros tengo que levantar la cabeza porque es fácil desviarte con las corrientes (y eso que estábamos en el puerto). La primera boya (amarilla) se veía con facilidad pero la segunda (roja) no tanto ya que detrás de la misma los barcos eran rojos y tenías que fijarte muy bien; tal vez eso me ocurría por ser novata en esto y no estar acostumbrada. Tardé unos 40’ que se me pasaron más rápido de lo esperado.

Salí del agua por una escalerilla y rápidamente me fui a coger la bici a la vez que me quitaba el neopreno. Tuve algún problemilla al quitarme el neopreno porque se enganchó la cremallera del neopreno con la cuerda para cerrar el traje de triatlón que se lleva debajo.

Error de novata que se solucionó gracias a la ayuda de David, un compi de fatigas.

Cogí la bici y me puse a rodar.

Los primeros kilómetros muy llevaderos en los que se podía ir bastante rápido y no hacía aún calor; iba bastante cómoda. A partir del km 31 el porcentaje en las cuestas empezaba a ser mayor, pero iba bien. Llegué a Órgiva, km 34 aproximadamente, donde estaba el avituallamiento sólido y líquido. Allí un mecánico de bicis me preguntó cómo iba y le comenté que no me subía al último piñón (otro error de novata, no comprobar antes de la carrera que todo el cambio va perfectamente a pesar de salir del taller días antes). Me cogió la bici y en un momento me lo apañó para poder llegar arriba sin demasiadas penurias por el camino. Desde este punto las pendientes eran mayores, nos lo habían avisado.

Iba bien, pero los últimos seis kilómetros me costaron muchísimo, no solo por la pendiente sino porque en dos ocasiones tuve nauseas, posiblemente por algo de deshidratación ya que el calor era notable. Llegué a Capileira tras 3 horas y 33 minutos.

Me bajé de la bici, me cambié de zapatillas, me puse la mochila y a correr.

Los tres primeros kms fueron cuesta arriba por asfalto hasta coger la pista. Los tuve que hacer corriendo y andando a ratos porque tenía las piernas bastante cargadas de la bici. De momento el tobillo estaba respondiendo y no me molestaba nada así que seguí, además justo en el comienzo de la pista había un avituallamiento líquido y allí estaba María José para hacer de escoba puesto que era la última en haber completado la bici dentro de tiempo, había corredores que no habían llegado.

Ver allí a María José y todos los ánimos que me dio el rato que fue corriendo conmigo me empujó a seguir con más energía hacia la meta. Poco a poco fui cogiendo buen ritmo, me iba encontrando cada vez mejor e incluso adelanté a algún corredor tras pasar el segundo avituallamiento de líquido y sólido. En el km 8 empezaba el sendero, llegó mi parte preferida y en la que me siento muy cómoda.  Había una bajada bastante técnica y tuve que aminorar un poco el ritmo porque tenía que cuidar mi tobillo e ir muy pendiente de el. Llegué al pueblo y solo quedaba una última cuesta para terminar mi primer triatlón con el simple objetivo de cruzar la meta; allí estaba Iván con el micrófono para recibirme con un abrazo que hace de esta prueba algo más especial si cabe.

También estaba Nacho, mi pareja y entrenador y  mi hermana a los que abracé con alegría, ellos también estuvieron en cada punto del recorrido animándome. Completé la carrera en 1 hora 34 minutos.

Las cifras finales son 70 kms totales en 5 h 43 minutos y como obsequio por haber completado todo esto una medalla hecha a mano y una camiseta de finisher, dos bonitos recuerdos de una prueba que deja marca.

Triatlón con una organización de diez; seguridad en todos los trayectos; en la natación con motos de agua con socorristas y tablas de paddle surf; en la bici con motos, guardia civil y coches de apoyo; y en la carrera a pie con una “escoba” que cuida de los atletas y anima como la que más y unos voluntarios que te sacan una sonrisa; y seguro que me dejo algo en el tintero; avituallamientos en los sitios necesarios, puntualidad y un sinfín de cosas

Mi experiencia personal es que ha sido una prueba preciosa en cada uno de sus trayectos, con unas vistas impresionantes, pero duro, muy duro, sobre todo el sector de la bici. En las pruebas trystrong lo que importa no es el cronómetro, es disfrutar de cada segmento porque está pensado y organizado con corazón y ese puntito de locura que lo hace único y familiar. Por si fuera poco con esta prueba han querido romper un poco las reglas actuales y rememorar los comienzos del triatlón pudiendo ir con bicis de hierro y con una vestimenta vintage.

La clasificación general masculina fue la siguiente: 1º Juan José Foulquié Padilla 3:37:04, 2º Juansa Días Cuellar 3:38:28 y 3º Bernardo Rubio Herrada 3:40:02.

La clasificación femenina fue: 1ª Ruth Gómez Álvarez Gómez Álvarez 4:24:08, 2ª María Rojo Rodríguez 4:29:37 y 3ª Sonia Ortiz Fuentes 4:30:29.

La victoria en la prueba vintage se la llevó Ivan Tejero seguido de Carlos J. Hernández en segundo puesto y David Tomás en tercer lugar.

Superado este primer triatlón, que no es cualquiera, y con la marca del dorsal con las tres rayas trystrong en el brazo por el sol y en el corazón por lo emocionante, sigo mis entrenamientos para el triatlón trystrong bola del mundo.

Animo a todos y en especial a todas (a ver si va aumentando el número de féminas en estas pruebas) para que os apuntéis o preparéis alguno de estos dos triatlones porque son diferentes a cualquier otro que podáis ver por ahí por todo lo dicho ya. Toda la información la podéis encontrar en http://www.triatlonboladelmundo.com/.