La instalación, que finalizará el próximo mes de diciembre, consta de 4.013 módulos fotovoltaicos y 20 inversores de diferentes potencias. Rossignol, cuenta con una producción anual estimada de 2.69 gigavatios hora (GWh), por lo que se anticipa que la tasa de ahorro alcanzará un 40%, suponiendo un paso significativo en la reducción de la huella de carbono.
La empresa francesa Rossignol, mundialmente reconocida por su compromiso con la sostenibilidad a través de su proyecto RESPECT, define esta inversión como parte clave de sus esfuerzos para reducir emisiones de gases de efecto invernadero y minimizar sus residuos. La instalación fotovoltaica permitirá a la marca cubrir aproximadamente el 20% de sus necesidades eléctricas, contribuyendo al objetivo general del grupo de impulsar prácticas sostenibles en el sector.
“Decidimos dar este salto por dos razones básicas: la primera es ecológica; queremos tener electricidad verde producida localmente, y la segunda es la económica. Dada la actual agitación del mercado energético, cualquier ayuda que nos aísle de la especulación mundial sobre los precios es una garantía económica para el futuro de la empresa”, afirma Jordi Lladó, CEO de Rossignol.
Además, el proyecto refleja la apuesta de Rossignol por la sostenibilidad como un valor fundamental para el futuro de la industria.
“Hoy en día, toda la industria sabe que el futuro pasa por abordar cuestiones de sostenibilidad. Como todo, se trata de disponer de los recursos adecuados para poder afrontar los nuevos retos”, comenta Lladó.
Rossignol ha decidido mantener un paso firme hacia todas las cuestiones relacionadas con el medio ambiente, de ahí esta sinergia con la empresa sueca Svea Solar. Ambas compañías expresan su esperanza de que esta iniciativa inspire a otros compañeros de la industria a implantar prácticas sostenibles, contribuyendo al progreso global en la lucha contra el cambio climático.