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UT Llastres, primera de la temporada por Laura Pozo

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  • Categoría de la entrada:Crónicas

Llevo meses entrenando bajo la mano de nuestro entrenador y compi de Carrerasdemontana @Vladytrail, para el que sería mi primer gran reto de este año… la Ut Llastres. Y ¡menudo reto! Carrera preciosa y durísima, que consta de 3 etapas, a correr el viernes por la noche, el sábado y el domingo:

Nocturna: 19km +922d

Llastres: 57km +4600d

Classica: 25km +1395d

Quedamos con todos los Velveteros a las 15.00h del viernes 22 en la puerta del @gympilatesvelvet para irnos todos juntos, como buen equipo que somos, en una furgoneta de alquiler. Fuimos tranquilos y contando batallitas de otras carreras, hasta que a las 18.30h aproximadamente llegamos al sitio donde nos hospedábamos en Hospitalet de l´Infant, que era el que la organización recomendaba, ya que ahí eran todas las comidas, incluidas en el precio de la carrera, y era también el lugar del que salían o llegaban las pruebas.

Nada más llegar, ya nos encontramos con buenos amigos que también iban a realizar alguna de las pruebas, compañeros de batalla del País vasco, de Cataluña, y otra comitiva de Aragón, como nosotros. Fuimos a dejar todas nuestras cosas a la habitación, y a recoger los dorsales, ya que la Nocturna salía a las 21.30h de Vandellós, un pueblito a 15kms, al que nos llevaban en bus a las 19.45h. Preparé mi mochila con todo el material que necesitaba para esta prueba y nos fuimos.

El material que elegí para las 3 etapas fue:

  • Frontal Led Lenser H7 R2 para el viernes y el sábado.
  • Manta Térmica o de supervivencia
  • Mochila Salomon Adv Skin3 de 5L y 2 softlask
  • Teléfono móvil cargado
  • Comida: geles, barritas y sales.
  • Vaso reutilizable Hydrapak de 15cl para los avituallamientos.
  • Reloj Garmin Fenix 5 XS
  • Mallas compresivas Hoko para viernes y sábado.
  • Falda WAA para el domingo
  • 2 camisetas térmica Kripton para viernes y sábado.
  • Chaqueta impermeable OS2O modeñlo O2 Waterproof Trail Jacket 20/20k que llevé los 3 días en la mochila.
  • Compresores de gemelos
  • Guantes Adidas
  • Biseras para el sol para el sábado y el domingo.
  • Bastones Camp Xenon 4

Salimos del albergue a las 19,45h directos a coger el bus que nos acercaría a Vandellós, para salir a las 21,30h. Nos despedimos de los que no corrían, Vlady que ese finde se iba a dedicar exclusivamente a asistir, fotografiar, grabar y aconsejar a sus Velveteros, y de Javier, que correría exclusivamente la distancia larga del sábado. Así que, Layla, compi de Averno, Quique, Paul y yo, nos subimos al primer bus, en el que muchos corredores habían tomado asiento y en el que ya se respiraba el ambiente de carrera. Ahí además, nos encontramos con buenos amigos como Luciana, David Leiva, Norbert… y con todos los demás nos veríamos en el briefing y en la salida de la carrera, Miguel Ángel, Esther y familia, Agus e Isa, Jesús Bayo, Fernando, Jesús Julián… y por supuesto con el director y organizador de toda esta aventura, nuestro compañero del Reto 24hMoncayoNonStop Marc.

Fuimos al briefing en el que nos explicaron cómo iban a ser las distintas etapas; recuerdo muy bien eso de “hay un tramo muy chungo, después hay un tramo duro de cojones…” palabras que pude verificar, ¡en especial el segundo día! Tras el briefing, salimos al ritmo de una comparsa de tambores, para colocarnos en meta, y para pasar el control del material obligatorio: frontal, cortavientos, manta térmica y teléfono cargado. Me despedí de mis compañeros porque en nada salíamos, y me puse en medio del pelotón, lista para salir y seguir la estrategia que Vlady me había preparado. ¡20Km con +900d nos esperaban! Me tome un gel y una sal para que fueran haciendo efecto antes de que dieran el pistoletazo de salida.

La carrera comenzaba callejeando un poco por el pueblo, pasando al lado de esa estatua del toro de fuego ya típica de esta prueba. Los 3 primeros kilómetros eran de subida, +347d, unas subidas típicas de la zona para empezar bien. Hubo un trozo de pura roca en el que los bastones me molestaban, ya que tenía que soltarlos y utilizar las manos para subir. También hubo algo de pista, y sendas de raíces y piedras, hasta llegar al primer avituallamiento en el kilómetro 5,8. A partir de aquí fue casi todo bajada, -263d, una bajada preciosa en la que además, después de adelantar a algunas personas, me quedé totalmente sola y… ¡qué experiencia tan bonita! Disfruté bajando por una senda, en medio del bosque, con sólo la luna llena de acompañante.

En el kilómetro 7.8 llegué a Castelló, donde estaba el segundo avituallamiento, otro gel y una sal, agua, y a seguir. Seguí bajando hasta el kilómetro 11 donde comenzaba otra subida de 3km +302d., última subida de la prueba en la que me encontraría el último avituallamiento, y donde tomaría mi último gel y sal, para coger fuerzas y darme el último empujón en los 6 kilómetros de bajada que me quedaban. Disfruté bajando, y estaba feliz, pues sabía que el primer objetivo lo estaba cumpliendo. Cuando quedaba el último kilómetro, ya podía ver Hospitalet y ya en él podía escuchar al speaker recibiendo a los corredores en la meta. Doblé la esquina, y aparecí en la costa, donde se encontraba el arco de meta, y donde Vlady y Agus nos estaban esperando. ¡Primer día conseguido, tras 2:35h! Pude ver llegar a algunos de mis compis, pero me tuve que ir a cenar y a dormir pronto, ya que corríamos a las 7:00 de la mañana la 2ª etapa. Así que cené un plato de pasta, me duché, y a dormir. El reloj marcó 3:30 horas de sueño…

Me desperté bastante bien, ya tenía todo listo para ponérmelo y poder bajar a desayunar, así que me aseé, me vestí y bajamos al comedor. Desayuné muy bien, un croissant, dos tostadas de tomate y queso, un café y un zumo. Esta vez la salida era desde ahí, prácticamente al lado del albergue donde nos encontrábamos, así que, después de desayunar, subí a lavarme los dientes y a respirar un momento, ya que ésta era la etapa que me ponía algo más nerviosa, pues sabía que me esperaban muchas horas por delante de subidas eternas, cuerdas, y ¡hasta puentes tibetanos! Pero sabía que estaba más que preparada, que tenía que ir a hacer mi carrera como el día anterior, y que iba a tener al equipo Velvet apoyándome en todo momento.

Así que, bastones ya desplegados, fuimos a la línea de salida. Eran las 7 de la mañana y ya se podía intuir el calor que nos iba a hacer. Nos despedimos de Vlady, de Layla y Quique que no corrían ese día. Nos fuimos colocando en la línea de salida, ya con ganas de salir y de disfrutar al máximo de todo lo que sabíamos que nos esperaba.

Comenzó la prueba ya de subida los 7 primeros kilómetros, +326d, desde el pueblo por sendas y pistas, hasta el primer avituallamiento. Salí bastante bien, centrada y sin prisas, pues sabía que tenía muchas horas por delante. La estrategia a la hora de tomar geles y sales, era un gel en cada avituallamiento y una sal por hora. Además llevaba 3 barritas, aunque en los avituallamientos había bastante comida.

Llevaba la camiseta térmica y debajo una camiseta y los manguitos. La camiseta térmica me la quité al poco de salir, y los manguitos en que comenzó a darme el sol, ya que el calor empezó pronto a ser agobiante. Los avituallamientos estaban muy bien colocados, ya que había poca distancia entre unos y otros. Y ¡menos mal! Porque os puedo asegurar que de un avituallamiento a otro, llegaba muy justa de agua. Así que después de beber y rellenar agua e isotónica en los dos bidones, y comer algo, continué la carrera.

Antes de llegar al siguiente avituallamiento, llegamos a un punto por el kilómetro 10 en el que hubo algo de parón, ya que pasábamos por una especie de vía ferrata con cadenas, escalones y puente tibetano, así que aproveché y me comí una barrita, ya que a mí me cuesta un poco comer mientras corro. Y a lo que me di cuenta, ¡me había bebido todo el líquido que llevaba! Os podéis imaginar mi desesperación cuando vi que estábamos medio parados en la montaña, con el sol dándonos de pleno, y todavía faltando 2 kilómetros más para el segundo avituallamiento. Por suerte, un poco más adelante, cuando faltaban pocos pasos de esta vía ferrata que nos habían preparado, me encontré con mi amigo Jesús Julián, que me ofreció agua… ¡Mil gracias!

En el kilómetro 14, justo antes del segundo avituallamiento, llegué a una fuente de la que pude beber, pero no paré mucho porque en nada podría reponer todo y comer algo y no quería parar dos veces tan seguidas. Mi sorpresa fue, que para cuando llegamos a ese avituallamiento, ya no quedaba nada de líquido, el calor reinante, había superado la previsión meteorológica… Por suerte tenían naranjas cortadas, y esa fue mi salvación en toda la carrera. Además a un par de kilómetros de bajada por pista, había un voluntario trayendo agua de una fuente cercana, a la que me acerqué ya que era desviarme apenas 50m, y donde pude rellenar mis bidones y beber bastante. Me esperaban un par de subidas cortas pero intensas, +150d, y después bajada de -380d hasta el kilómetro 18,5 donde haríamos el siguiente parón. En este punto, me encontré con mi compi Velvetero Javier, cuyos calambres no le dejaron continuar. Me dejó uno de sus bidones para llevarlo como repuesto porque como os digo, el calor apretaba y yo llegaba muy justa de agua. Me deseó suerte, y me puse en marcha de nuevo. Una pendiente de 3 kilómetros +450d me esperaban.

Ésta fue una subida en la que, al llegar casi arriba del todo, había que ir a hacer cima, y volver por ese mismo camino para emprender la bajada, un kilómetro de ida y otro de vuelta. Ahí coincidí con los amigos del Club Garraf Runners, unos campeones de color de rosa, que iban apoyándose entre ellos y que, además, tenían fuerzas para animarme a mí también. Cuando hice cima ya para regresar, saqué fuerzas para bajar hasta llegar al siguiente avituallamiento en el kilómetro 23,5 en el que ya se había terminado el agua. Gracias a mi compi, pude reponer su bidón por uno de los míos vacíos, y lo pude hacer durar hasta el siguiente punto en el kilómetro 27, donde ya pude rellenar todo, y en donde me encontré con otros amigos, Jesús Julián y Miguel Ángel, que por molestias, se retiraban también. La verdad es que fue una carrera muy dura, y si a eso le añadías el calor que hacía, más dura se volvía, y poco a poco se iba cobrando víctimas.

Aquí cogí fuerzas y me fui con ganas, pues sabía que el siguiente avituallamiento era Castelló, kilómetro 33, donde me estarían esperando Vlady y mis compis para darme ánimos. El recorrido hasta allí fue el mismo que habíamos hecho en la carrera nocturna y que tanto me había gustado, así que pude disfrutarla también de día y ver mejor el precioso bosque que atravesábamos. Además esta vez no fui sola, fui con nuestro amigo de Garraf Runners, Jesús Bayo, un campeón con el que coincidí a partir de ahí en más puntos de la carrera.

Y por fin llegué a Castelló, donde como os decía estaban todos esperándome, incluso otro compi de los Garraf, nuestro gran amigo Kike Manzano, al que me hizo mucha ilusión ver ahí. Entre todos, me ayudaron a respirar un poco, a avituallarme, a hacerme fotos, grabarme y darme consejos… ¡Esto es un equipo!

No paré demasiado, y si había llevado con cabeza la primera y más dura parte de la carrera, yendo de menos a más; este fue un punto clave de la ultra, ya que entré en el avituallamiento en la posición 115, y salí en la 95. Salí rápido, pues sabía que el siguiente punto de encuentro era en el avituallamiento de Masriudoms, otro pueblito cercano ya a Vandellós, en el kilómetro 43. Todo el camino fuimos coincidiendo varios corredores, nos íbamos pasando unos a otros y animándonos, pues ya sabíamos que cada vez estábamos más cerca de llegar. Cuando vi que me acercaba al pueblo, corrí un poco más, crucé la carretera por un túnel subterráneo, una subida pequeña y, al doblar la esquina, ahí estaban todos, incluido nuestro gran amigo y compi Paul, que por un golpe en el tobillo tuvo que retirarse. Todos me animaron, como siempre, y me dieron fuerzas para terminar. Y en este tramo de 4-5 kms pude ganar 10 posiciones más, ya iba lanzada y con la meta en mente!!! ¡Quedaban 14 kilómetros!

Vlady me acompañó un pequeño trozo para darme los últimos consejos, ir tranquila y acabar bien, porque estaba haciendo muy buena carrera. Escuchar eso de mi compañero y entrenador, y saber que estaba orgulloso de mi, me hizo conseguir las fuerzas necesarias para seguir y llegar en el tiempo. Además me dijo que me intentarían ver en el último avituallamiento, al que era más complicado llegar para los acompañantes. Y sin embargo ¡ahí estaban de nuevo! La alegría que sentí al verlos, aunque acabara de verlos hacía poco, fue enorme, pues las fuerzas empezaban a fallarme y necesitaba el último empujón que me dieron para esos últimos 6 kilómetros que faltaban. Me ayudaron a sacar el frontal porque ya estaba atardeciendo y en nada se pondría el sol. Y seguía mi progresión, ya que había pasado de la posición 85 a la 75!!!

Salí dispuesta a darlo todo para que me cogiera la noche lo menos posible. A partir de ahí me quedaba una subida y un cresteo, y ya bajar hacia el pueblo. Ahí es donde tuve que encender el frontal. Al llegar al pueblo sabía que me quedaría un último repecho antes de acabar y, cuál fue mi alegría cuando me dijeron que lo habían quitado, ya que nos habían salido bastantes más kilómetros de lo previsto. Así que una chica y yo, seguimos las indicaciones de los voluntarios que nos guiarían hasta el polideportivo. Al ver el recinto y saber que mi gente estaría ahí esperándome, saqué mis últimos cartuchos de fuerza y ¡apreté todo lo que pude para entrar en meta en la posición 72 de la general!

¡2ª etapa conseguida tras 12:53h! El recibimiento increíble con mi equipo, y con Estrellita, una cabra preciosa que era el juguete de todos. Casi no me lo podía creer, pues había sido una etapa muy dura, por el perfil de la carrera y por el calor, que aun la había endurecido más. Ahora ya estaba casi hecho, ya casi tenía a mi alcance ser finisher del campeonato… sólo quedaba la carrera del domingo, La Classica, con sus 24,7km +1325d.

Nos fuimos rápido al albergue y, después de ducharme, nos fuimos a cenar para celebrar lo conseguido hasta el momento. Después, otra vez de vuelta al albergue, y a dormir… mañana quedaba la prueba final. Esta vez el despertador marcó 7 horas.

Esa mañana, la salida era a las 8,00h. A las 8,15h saldrían los de la Express 17km+1000d donde corría el compi Velvetero Quique, y a las 8,30h los de la Caminata donde participaba Layla. El grupo estaba divido entre todas las pruebas y ¡las conseguimos todos con éxito! Bajé a desayunar como el día anterior, y fuimos a la salida que también hoy era ahí mismo, al igual que la llegada, es decir, era la única prueba de las 3 etapas que era recorrido circular. Este día fue más emotivo, pues todos los que corrían únicamente la Classica sin haber corrido los otros días, nos hicieron un pasillo para pasar hasta la línea de salida. Pasé por en medio, entre los aplausos de todos, amigos, conocidos, y desconocidos… compañeros todos… y la emoción empezó a aparecer en mí, así que aguanté como pude las lágrimas, y me situé casi en primera fila.

Después nos informaron de que la distancia y el desnivel habían sido acortados, ya que el día anterior habíamos hecho de más, y eso nos alegró a todos muchísimo. Así que, dicho esto, ya estaba todo listo para dar comienzo a la última prueba.

La estrategia a priori había sido marcada el viernes en conseguir ser finisher de la ultra, peeeeeero tras consultar las clasificaciones, TODO CAMBIÓ… Me mantenía a la cabeza de la clasificación senior, y todo dependía de esta última prueba, para poder volver con premio extra de la aventura por tierras Tarraconenses. Así que cambio de estrategia, y salir a darlo todo… en resumen: COMO SIEMPRE!!!

Salimos, y los 8 primeros kilómetros fuimos cresteando por la costa; un lujo tener las vistas que teníamos. Casi toda la carrera fui con Isa, que me iba dando ánimos todo el rato… una campeona! Decidí tomarme la primera parte de la prueba con algo de calma. Ese día también hizo mucho calor, aunque corría una pequeña brisa de vez en cuando, que a todos nos devolvía a la vida. A partir de ese kilómetro comenzamos a subir; hasta el kilómetro 16 fue casi todo subida, quitándonos casi todo el desnivel positivo, pasando por algunos senderos que ya conocía del día anterior. Al principio noté las piernas algo cansadas, sobre todo en las subidas, en las que tuve que tirar de los bastones más de lo normal para ayudarme a subir más rápido.

Después de una zona de bosque y un cresteo, llegaría una bajada de 1,5km -335d. Ahí es cuando decidí que era mi oportunidad de dar todo lo que me quedaba por dar, pues las bajadas es lo que mejor se me da. Notaba los cuádriceps cargados, pero sabía que quedaban 8 kilómetros, y casi todos de bajada, así que le dije a Isa que lo iba a intentar y me separé del grupo, adelantando a varios corredores. Sólo quedaría una subida de 500m+125d en el kilómetro 18, y de ahí hasta el pueblo 6,7km de bajada y senda llana. La verdad es que me encontré muy bien, estaba con fuerzas y motivada al saber que ya no me quedaba nada para alcanzar el objetivo. Y llegó el momento, todo el mundo me aplaudía y me animaba cuando pasaba por su lado, ya podía escuchar al speaker hablar, y la emoción de nuevo volvió a mí.

¡Crucé la meta tras 4,36h! Sabía que lo había conseguido… ¡primer objetivo del año cumplido! ¡Era finisher de UT Llastres! Y la emoción, sobre todo, al abrazar a Vlady, ya no la pude contener. Estaba feliz, orgullosa, agradecida, emocionada… una sensación indescriptible.

Cuando ya pude calmarme, me fui a duchar, pues según las clasificaciones, había conseguido además quedar 1ª Senior del campeonato. Así que después de ducharme y comer, de comentar todo con mis compis, de hacernos fotos… fuimos a la entrega de trofeos. Ahí subí al podio para recoger mi premio y después nos regalaron el cortavientos de la carrera a todos los que habíamos sido finishers.

Después de la foto de todo el grupo, y con todo un poco más en calma, me di cuenta de lo que habíamos logrado. Y digo habíamos, porque detrás de mí, hay siempre mucha gente: Vlady con sus entrenos, sus consejos, sus cuidados, su estar ahí siempre; Layla con sus mimos, su mirada de complicidad, sus fotos; Kike, Paul, Javier y Enrique, que me animaron en todo momento; Luciana, David, Jesús Bayo, Isa, Jesús Julián, Fernando, Miguel Ángel, y todos los compis nuevos que me encontré por el camino… compañeros de fatiga con los que pasamos esta aventura. A todos mil gracias por estar ahí de una u otra manera. Y a Marc, por hacernos coincidir a todos y lograr que pasáramos un finde impresionante, y por organizar otro año más una carrera con unos voluntarios de 10 siempre pendientes de todos, y con unas vistas de ensueño, donde playa y montaña se unen dejando unos paisajes espectaculares que hacen olvidar un poco la dureza que tiene.

Ahora, a entrenar igual con toda nuestra energía, para seguir mejorando poco a poco todo lo que pueda, y llegar al próximo reto igual de fuerte… ¡Gran Trail Sobrarbe nos espera! Como siempre os digo, no dejéis de correr… hasta alcanzar las nubes…

 @Laura_Candida3

 @Laura_Candida3

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