Hoy os dejamos la crónica de Ana Azpi en el TP60 y sobre todo el porque la carrera es tan especial para ella.
«Cinco años que llevo ligada a esta carrera, he crecido como corredora por todas sus distancias. Desde la nocturna al 110, tengo doblete en el 60 y he sido voluntaria. Además este año rediseñé el logotipo… esta carrera me ha dado tantas alegrías que casi no sé ni por dónde empezar a escribir la crónica.
Podría haceros un desglose del 60 y daros los datos técnicos de la carrera, pero casi mejor os cuento por qué correrla y dejar que la descubráis vosotros. Si no conoces el mundo de la montaña ser voluntario es un buen paso para asomar el morro, hace años me puse de voluntaria en la Granja y alucinaba cuando veía como pasaban los corredores en el 80… ¡80 kilómetros! Me parecía inhumano… Ilusa de mi…. No sabía hasta dónde llegaría.
Si no te atreves con el Ultra empieza por el Nocturo. 10 kilómetros fáciles y asequibles para abrir boca. Si nunca has corrido de noche es perfecta para quitarte el gusanillo…. pero ojo, cuidado, vas a ver todo el ambiente de la salida y se cuajará una idea en tu cabeza: «Yo quiero correr un Ultra».
Ya está, la has liado, o más bien te lías la manta a la cabeza y te apuntas al 60, distancia a la que hay que tener mucho respeto, pero que es perfecta para adentrarte en este mundillo.
Carrera que técnicamente es fácil, pistera, un desnivel de 2700.. lo dicho, ideal para empezar, el corredor medio ronda las 9-10 horas, cuando te metes en estas jaranas a parte de buen entreno tienes que tener la cabeza preparada para estás tantas horas. Recorrido bonito pasando por el puerto de la Morcuera, Rascafría, Reventón (muy fan del que le puso el nombre) Peñalara pasando por Claveles, para mi gusto lo más divertido de la carrera.
Cotos con los ‘DrinkingRunners’ megáfono en mano que te dan un empujón para subir a Bola del Mundo. El final se hace bajando hasta la Barranca por sombra que es bastante agradecido, aunque se hace eterno hasta que entras al pueblo.
Y si ya has hecho el 60 ese pequeño gusanillo que tenias en la tripa se transforma en un diablo que te dice: «Apúntate al 110». Si, se te ha ido de las manos. El 110 ya son palabras mayores. Un auténtico tour por la sierra de Guadarrama, Maliciosa, Pedriza, Peñalara de ida y vuelta, la Granja, Navacerrada. En esta distancia las horas te comen, el mayor bloque de corredores está en torno a las 20-24 horas, los que ganan 12 horitas… Para cuando tú llegas están duchados, comidos, merendados y se han sacado una licenciatura. Para mí es asignatura pendiente, el año pasado me retiré en el 80.
La versión oficial es que tenía tal dolor en las corvas que no podía ni andar. La versión extraoficial es que me enamoré del Oasis de los Locos del Cerro y no quise salir de ahí. Si has corrido el 110 sabrás que la inyección de energía que hace falta para acabar la carrera te la dan los Locos.
En cualquiera de sus distancias lo que descubres es una carrera hecha con mucho cariño, con mucha gente dedicada para que año tras año la carrera transcurra sin incidentes. Voluntarios absolutamente entregados con el corredor, es llegar a un avituallamiento y tener de todo. El ambiente en meta es genial, con Depa al aparato que se oye desde Cantochochinos, desde medio día hasta la noche es un continuo ir y venir de gente y corredores que le da mucha vida.
A título personal decir que este año no paré de sonreír en todo el recorrido, el buen rollo con los corredores, con la gente de los avituallamientos, con los amigos animando, el recibimiento en meta… Peñalara me ha dado alas y por mucho que se sufra con tantos kilómetros da igual, según acaba el fin de semana el diablo de mi cabeza vuelve a hablarme: «El año que viene volvemos a correr…. El 110».