El pasado sábado 28 de Noviembre 2015, se celebraba por tercer año consecutivo el Moral-Trail de Moralzarzal, de la mano de YouEvent, que debido al gran afán de sus vecinos por las carreras de montaña y la colaboración de muchos voluntarios venidos, la mayoría, de los pueblos vecinos de los alrededores, se está convirtiendo en un evento montañero de gran atracción en la Sierra de Guadarrama.
Es muy atractivo por su variado recorrido, sus distancias y porque cada año sus organizadores, apoyados por un Ayuntamiento muy activo y generoso en actividades deportivas, añaden una prueba basada en las carreras de montaña para todas las edades. Este año en concreto se celebraban 3 actividades:
- El Trail de 17 (1650 m. de desnivel acumulado) ó 9 Kms (950 m. d.a.),
- Un mini Vertical de 4,42 Km. (340 m. de denivel +) para iniciados a los kilómetros verticales,
- Un taller infantil de Trail y Naturaleza para niños de entre 6 y 14 años.
Las 2 primeras, se podían combinar y regalaban una camiseta y una braga de cuello conmemorativas, además de los servicios de guardarropa, avituallamientos, fisioterapeutas, duchas y aseos, y un ticket de comida (hamburguesa, bebida y fruta) por 5 euros adicionales.
En esta ocasión, estuve muy bien acompañada por Cuco y Mario Carreras (apellido que le va al pelo a este gran corremontes), ambos del Grupo de Montaña al que pertenezco.
Además, en el Polideportivo durante la recogida de dorsales, coincidí con 3 compis de trabajo, 5 corremontes de la Tribu y otros 3 amigos de Cuco de su grupo de “biciosos y otras corredurías”, lo que confirma que cada vez somos más los que participamos en este tipo de pruebas.
Quizá mi momento favorito es éste, y digo quizá por esos nervios que no te dejan disfrutar al 100%. Ese buen ambiente que se respira, saludando, viendo caras conocidas, sintiendo los nervios a flor de piel, pensando si has entrenado lo suficiente y llegarás sano y salvo, sin caerte ni lesionarte, que es lo que realmente deseas…
Tras los preparativos y fotos de rigor, salimos a las 10h, justo detrás de los que optaron por los 9 Kms. que habían salido a las 9,30h. y les seguiríamos de lejos hasta la Caseta del Canal, donde a los de 17 nos quedaba subir hasta el Telégrafo (1331 m. altura máxima del recorrido) por el empinado y sinfín cortafuegos, de casi 2 Kms.
Aquí es donde aprovechando mi “fuerte” que son las subidas, logré alcanzar a varios conocidos, saludándoles (como suelo hacer en estas ocasiones) y diciéndoles “en la bajada me volvéis a coger”, y es que como en la fábula de “la liebre y la tortuga” (yo me pido la tortuga) siempre hay a quien se les da bien unas cosas y no tanto otras, y volvemos a ser adelantados en las bajadas técnicas, que suelen ser para los grandes expertos y valientes corremontes, que te pasan volando y sin que te de tiempo a reaccionar y desaparecen de tu vista por las mismas, en cuestión de segundos. Francamente, toda mi admiración para ell@s, especialmente a partir del segundo avituallamiento, cuando afrontamos una serie de descensos enlazados entre piedras, ramas, piñas y hojas de pinos resbaladizas que requerían máxima concentración.
Así nos adentramos en una zona boscosa para afrontar la última subida de aproximadamente 1 km. donde hay un control y a partir de ahí, descenso corrible y tranquilo por el Peñote, que nos lleva a una de las entradas más empinadas del extenso pueblo de Moralzarzal, y tras unos metros por sus calles, animados por sus acogedores vecinos, llegamos a la Pza. de los Caños, junto a la Iglesia de S. Miguel Arcángel donde está el punto de meta.
Emoción y gran acogida popular al llegar, en un día que en lo meteorológico parece totalmente primaveral.
En mi caso era el segundo año que me apuntaba a la de 17 Kms. En 2014 estaba empezando en este mundillo y me pareció una prueba dura, en la que nada más recorrer el Parque de la Tejera para salir del pueblo, recuerdo perfectamente que comenzaba una tremenda subida por mucha piedra suelta y terreno resbaladizo, y que terminaba en un control de paso. Mi recuerdo imborrable se debe a que me pasé este control de chip, sin darme cuenta, y cuando reaccioné (porque me pareció haber visto muchos corredores “en fila”), estaba bajando por el sendero y tuve que dar la vuelta volver a subir para pasarlo. Cuando retomé el pelotón, estaba realmente cansada, y no había recorrido ni siquiera 3 kilómetros!!!
Por eso, este año, estaba muy atenta al primer control con el fin de evitar malas digestiones. Aunque, para mi el Moral-Trail será el trail anecdótico por excelencia y por contar que no quede la de este año.
Cuando faltaban 10 minutos para empezar la prueba, y ya estaban avisando por megafonía para que pasáramos el control de salida, me entraron ganas de ir al baño (puros nervios) y al entrar en el Polideportivo me percaté de que no llevaba puesto el chip de muñeca y de que me lo había dejado dentro de la bolsa que dejé en el guardarropa. Corriendísimo me dirigí a los voluntarios y con la ayuda de 3 de ell@s logré encontrarlo, ponérmelo y salir a tiempo (sin ir al baño, ya se me había olvidado para qué había ido al Poli…)
Gracias Voluntari@s Siempre!!! Y mucha MORAL y ZARZAS para el 2016!!!
Ana Triviño
Enhorabuena Anita!qué bien que te acuerdes de l@s voluntari@s y que superes las pruebas que te va poniendo esta supercarrera!
Sigue motivándonos con tus crónicas?