22 de Septiembre de 2018

Una vez más, me derrito en la montaña de alegría, y es que, como mi madre no me llevó a las cátedras, lugar donde en mi infancia, se bailaban jotas en mi pueblo Corral de Calatrava, me decanté por los deportes de acción, futbol, bicicleta de montaña, running, y ahora…

BENDITA MONTAÑA!!!

Quien me iba a decir que GALAYOS estaba rodeado de tan grande belleza y tan bello y ruidoso silencio entre rocas y senderos de tal magnitud…

Me enamoré de inmediato del hermoso recorrido de subidas y bajadas y poniéndonos entre los labios un agua fresca y cristalina que manaba de la más pura naturaleza, así, de manera gratuita, sin pedirnos nada a cambio, solo ofreciéndose a un@s apasionados del deporte más maravilloso que jamás he practicado y del que cada día me siento tan enganchada.

Me voy hacia la línea de inicio de carrera a las 7:50h, junto a la gran Muralla, ya que soy de las personas que les gusta apurar y no estar “remolineando” antes del pistoletazo de salida. De repente, pienso: si la vista no me engaña, esto va a ser la caña!!! Jjjejjjejjje

Me encantó ver a la una de las grandes, nuestra Trivi, la fuerza y confianza que transmite la gran Anita, poc@s o much@s somos los afortunados de tenerla en nuestro circulo, y eso es realmente bello, GRACIAS ANA TRIVIÑO…

Pista libre y a por la cima de la Mira!!!

Calentamos motores por senderos y pedreras con la presencia constante de la sombra formada por la vegetación, arboledas que nos marcan el camino y balizas que nos recuerdan que es una prueba organizada, de no ser por ellas, pararías el reloj, dejaría de existir el tiempo y te quedarías contemplando la belleza del sonido del silencio del entorno perfecto para vivir los últimos días de tu vida.

Por suerte no son mis últimos días, ya que este momento me está regalando la vida, me llena de emociones positivas, de energía, de olvido, de superación, de autoestima, de amor…

Comenzamos con subida, cosa que me encanta, y con soltura llegamos al Hornillo, que nos marca el kilómetro 7, allí los voluntarios y voluntarias nos dan un gran recibimiento y nos sentimos fresc@s, hemos llegado hasta aquí por una bajada CHuLiiiiiiiiiSiMA llena de senderos inolvidables. Siento la Libertad de estar volando…    

La temperatura, que es inmejorable hace que las ganas vayan en aumento, con lo que seguimos hacia el kilómetro 14, la Pista del Puerto Peón, donde nos esperan para agradecernos la llegada a tiempo, y nos animan para seguir subiendo.

Allí arriba nos espera la MIRA, no sé porque recibe este nombre, pero lo que Sí sé es que la Mira nos miraba, nos acariciaba, y nos tendía la mano para ayudarnos a alcanzarla, estaba silenciosa y relajada y a su alrededor solo se observaba el cielo, azul y radiante, lleno de luz y color, ¿que escondía la Mira? Me pregunté, ¿hacia dónde he de seguir? mirando a mi alrededor, de repente, una camiseta de color rojo vivo, vivo como el enorme vértigo que sentí al ver la bajada tan espectacular que estaba detrás, me quedé loca, sin palabras, y con una flojedad de “patas” que no sabía dónde mirar, LA MADRE QUE ME PARIÓ!!!

A lo lejos se intuía algo que no sabía describir que era, creo que ahora lo definiría con la palabra valor, ese valor del que me tuve que armar para dar cada paso en el descenso, la Mira quedaba atrás y en ningún momento me planteé volver con ella, y ahora sé que algún día volveré.

Los GALAYOS, los observé durante unos minutos y el sentimiento de mareo era tan maravilloso que no podía dejar de mirarlos, de disfrutarlo, deseaba quedarme allí contemplando su belleza. Alcanzamos el refugio y la sorpresa fue aún mayor cuando las “escalera” me decían con voz rotunda y directa, VAMOS!!! ¿a qué estás esperando?, CONTINUA!!! Tia LauRi tu puedes…

Alcancé las trepidantes “Zetas” con la mirada perdida y una enorme flojedad de piernas, mis pies se amarraron al suelo y mi vida empezó a ser la protagonista en ese momento, muchas cosas pasaron por mi mente, y ninguna negativa, fue una suma de momentos y situaciones vividas, todas positivas, crecí en mi interior, y valoré durante el trayecto la importancia de quedarse con lo bueno y decidí que había que disfrutarlo, porque una vez abajo, toda esa belleza quedaría en el recuerdo y con él, mi vida se cultivaría de cosas productivas, de felicidad, de sabiduría acumulada y una gran valentía. CONTINUA!!!

Atrás queda el vértigo y siento la necesidad de CORRER, de soltar las piernas, de lanzarme por los senderos y laderas hacia el Nogal de Barrancos en el kilómetro 29, donde su agua pura nos alivia la sed y me calma los nervios, y hace que llegar a Guisando sea un paseo por las nubes junto a la gran Ana…

La Tía LauRi sabe que si se une a un buen equipo lo conseguirá con creces, ya que la falta de entreno y el vértigo le puede pasar una mala jugada, y ahí esta Anita, con la que recorre toda la prueba, adelante, atrás, adelante, atrás, así lo consiguen juntas de la mano hasta alcanzar la meta disfrazada con un arco lleno de aire, como el que hemos respirado, limpio y puro durante tan grandiosa prueba.

 40kms llenos de incertidumbre para mí y de los que me llevo una experiencia espectacular tatuada en el recuerdo.

Generosidad, Acción, Libertad, Amor, Yo, Olvido, Silencio

Yo, que soy muy de hacer las cosas con mucho Amor, nunca echaré en el Olvido la enorme Generosidad que recibimos durante esta aventura llena de Acción, vivida con total Libertad entre tan preciado Silencio que nos  regaló la naturaleza entre agujas de granito.

La tía LauRi…