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CRÓNICA ÖTILLÖ SWIMRUN ENGADIN POR MONTSE MARTINEZ

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En este 2020, las competiciones han pasado a un segundo plano por culpa del virus y la mayoría de ellas han sido canceladas, así que la mayoría hemos buscado alternativas para entrenar y buscar nuevos horizontes.

Hoy la corredoras Montse Martinez nos presenta el Swimrun, una modalidad que como bien nos cuenta tiene sus añitos y donde ya hay Campeonatos del Mundo.

¿Te animas a probarlo?

ÖTILLÖ SWIMRUN ENGADIN

¿A que no hay…?

Me recuerda a los orígenes de otro deporte con cierto semblante como es el triatlón; una apuesta entre el dueño del Hotel Utö Värdshen (la actual línea de meta de Ötillö) y sus camaradas fué el inició de este joven deporte. Hicieron dos equipos de dos, se trataba de recorrer los bares de aquella región de Suecia, cada uno en una isla distinta, el último pagaría y bebería todo lo que quisiesen los ganadores. Tardaron 24 horas y estaban demasiado cansados para ir de fiesta, al año siguiente repetirían. Este sería el primer swimrun, que años después sería el Campeonato del Mundo, bautizado como Ötillö, que significa “isla a isla”.

Sin ser una apuesta, pero también de un “calentón” tres semanas antes, surgió nuestro ímpetu por correr en Engadin esta prueba del Circuito Mundial de Swimrun. Edu y yo somos viejos amigos del Club Natació Reus Ploms, triatletas de época, por decirlo de alguna manera, y aunque nunca antes habíamos corrido juntos, sabíamos que no podía ir muy mal, ya que nuestra única premisa en este año tan complicado era salir a pasarlo bien y disfrutar de aquel lugar tan maravilloso. Edu ya había corrido allí y sabía lo que era, para mí sería el primer swimrun en distancia larga pero no dudé un segundo en decirle que sí.

Lo cierto es que no fue todo tan bonito, ya que por la crisis sanitaria en que vivimos, hasta cuatro días antes de la carrera no supimos que podríamos competir, y esto nos había desanimado un poco, por no decir del todo.

Pero esta vez hubo suerte, y aunque el GPS nos marcaba 15 horas de camino, enseguida nos pusimos en camino para encontrarnos allí con Edu el viernes, para correr el sábado en el paraíso suizo.

Alta montaña para correr y lagos para nadar, una combinación perfecta si más o menos te defiendes bien en los dos medios, esto es el swimrun, transformarte en un ser anfibio que recorre largas distancias con su compañero/a de aventuras, ya que normalmente se realiza por parejas. De esta manera, todo es más seguro y a la vez se comparten tanto los buenos como los malos momentos, ¿qué puede ser mejor que esto?

Des de hace unos años, se disputan unas Series Mundiales en las cuales, los primeros clasificados, se clasifican para participar en el Campeonato del Mundo Ötillö en Suecia. Cada prueba de las Series Mundiales consiste en recorrer aproximadamente la distancia de maratón a pie (42 km) y unos 6000 metros nadando, eso sí, todo dividido entre 10 o 15 secciones en las que se cambia sin pausa de disciplina, en un recorrido normalmente lineal. Es decir, se corre y de vez en cuando se cruzan lagos o calas y se sigue corriendo ininterrumpidamente siguiendo cintas a pie y boyas en el agua.

 

A diferencia de las Series Mundiales, el Campeonato del Mundo Ötillö se disputa en una distancia total de 65 km a pie y 10 km a nado.

Volviendo a nuestra historia… Tras cuatro meses sin competiciones, la verdad que se me hacía muy extraño pensar en correr unas 6 horas el día siguiente, pero la verdad que los dos teníamos tantas ganas de estar allí y disfrutar de aquel paraíso a 1800 metros, que la competición pasaría a un segundo plano en Engadin.

Aun así, elaboramos una estrategia según estaban distribuidos los segmentos y los nueve cambios de disciplina del Swimrun, esta vez decidimos atarnos a partir de la segunda natación, cuando ya nos hubiésemos puesto en ritmo de carrera y para probar un poco si nos iba bien.  Disfrutar y apoyarnos en todo momento eran las premisas, aunque luego en competición irían apareciendo objetivos intermedios.

Además del cambio de modalidad, el Swimrun me atrae aún más porqué normalmente se recorre en un trazado lineal, como en esta ocasión, que el autobús nos llevó hasta la salida en el lago de Maloja y deberíamos llegar a meta en el Camping de Silvaplana.

Neopreno, gorro, gafas, dorsal, pullboy, zapatillas, unos geles, y… ufff! Espero no perder nada por el camino. Y sin tener tiempo de pensarlo más dieron el pistoletazo de salida y estábamos ya corriendo el primer sector como si no hubiera un mañana, jajaja.

¡Madre mía… que mal! No sé si estar a 1800 metros o la falta de competiciones, o todo en su conjunto, pero los primeros 30 minutos fueron bastante agónicos, fuera de ritmo y con un frío insólito en el primer lago que parecía dejarme los brazos en modo tortuga a pesar de que yo intentaba bracear a tope para entrar en calor. ¡Y Edu que se me iba!

Salimos del agua, y empezamos a subir, pulsaciones a mil, y parece que el cuerpo no da. Suerte de nuestras premisas y las palabras de Edu: “Montse estamos aquí, mira a tu alrededor y tranquila, en cuanto empecemos a bajar remontaremos posiciones sin sufrir tanto e iremos mejor, olvidemos lo demás y vamos a disfrutar”.

Y tal cual, empezaron las bajadas y los tramos técnicos y parece que el cuerpo empezaba a responder, al igual que la mente. Eso sí, el momento de entrar en el siguiente lago seguía siendo una prueba de coraje con lo fría que estaba el agua.

La verdad que el equipo funcionaba y nadando íbamos bien pegados sin problemas, corriendo Edu respetaba mi ritmo y la goma solo se tensaba un poco en subidas pronunciadas donde él tenía más fuerza y conseguía que yo corriese donde sola hubiese caminado seguro.

Empezamos que debíamos ir entre la 9ª y 10ª posición, pero esto había ido cambiando. Yo sin reloj, pero con los tramos marcados en las palas, veía que con más o menos frío íbamos pasando lagos y en el tercer tramo a pie de repente teníamos a la vista al tercer y cuarto equipo, y recortábamos distancia corriendo hasta que pasamos a los dos equipos a la vez, creo que ningún gel me ha subido tanto el ánimo como este momento. Aun así, vimos que nadando eran más rápidos y en el siguiente tramo uno de los dos equipos nos volvió a adelantar y el otro salió a la par del agua. Una buena pugna sí, divertida a la vez, siempre manteniéndonos entre la 3ª y la 5ª posición.

Es verdad, íbamos a disfrutar, pero el hecho de vernos ahí, aparte de motivarnos hizo que apareciesen objetivos a tramos que nos mantenían muy competitivos. Sacar distancia a pie y que no nos atraparan en el penúltimo lago, el tramo más largo de 1400m fue el objetivo que veíamos que si conseguíamos superar, nos podría llevar al podio; sin pensar en la 2ª o 1ª posición que estaban lejos.

Las referencias y los ánimos de Núria que nos seguía a momentos con Lluna (mi perra), cámara y bici a veces, fueron también nuestra energía. ¡Pero que frío! 1400 metros deseando salir del agua, apretando mandíbulas congeladas y por suerte cerca de un equipo masculino que iba al mismo ritmo, también sin poder evitar en algún momento echar la vista atrás para ver si veíamos al cuarto equipo cerca, pero no lo veíamos.

Mini objetivo conseguido sí, nos quedaba un largo tramo de correr (8km), 600m de nadar y los últimos 2km a pie para llegar a meta, hay que llegar claro y esto no está hecho. Ya más tranquilos, recuperando el calor y con Silvaplana a la vista todo se hizo más fácil, en meta, una tercera posición a solo 1 minuto y medio de diferencia, y ganas de llorar de emoción por haber superado esta aventura.

Una experiencia genial, reencontrarse con la competición en un lugar idílico y con un compañero de viaje excepcional. Por si fuese poco, nos comunicaron que con el resultado quedábamos clasificados para el Mundial Ötillö 2021 en Suecia, ya que este año no se celebrará por la pandemia.

Para los que vienen del mundo del triatlón, correr Ötillö sería algo parecido a clasificarse para el Ironman de Hawái. Solo unos pocos privilegiados tienen la oportunidad de participar en este Swimrun, en el que se salta de una barca en medio del océano, donde empieza la aventura isla a isla durante 75km de competición en Suecia.

¡¡Enhorabuena Montse y Edu por esa plaza para el 2021!! Estaremos pendientes de vuestra nueva aventura!!

Fotos: Nuria Dominguez

 @mon_muntanya

 Montse Martinez Guerrero

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