Tor des Geants: Crónica de Ana Bustamante

  • Autor de la entrada:
  • Categoría de la entrada:Crónicas

Hoy empezamos el año con un crónica de nuestra compañera Ana Bustamante y de algo llamado el Tor des Geants que es una mezcla de carrera, aventura y llevar tu cuerpo  y mente un paso más allá.

406628_457175751011539_1371195994_n

Para empezar os presento a nuestra compi, Ana es una santanderina de 44 años que adora la montaña, nos han contado que ya en la universidad pasaba los fines de semana en el monte y volvía los lunes con los coloretes marcados del aire de las montañas y con sus trenzas, con lo que se gano el apodo de Heidi :))

Empezó muy jovencita corriendo en asfalto  donde consiguió algunos podios, sus distancias iban de los 10 km al maratón

Sobre el 2000 empieza a correr en montaña y de hecho una de las primeras carreras en las que participa es en Iruña de Oca en Vitoria donde consigue ganar y  desde entonces se centra principalmente en la montaña, aunque no abandona el asfalto y de vez en cuando se da una carrerita  para no perder fuelle.

En montaña aunque corre todo tipo de distancias cada vez se encuentra más a gusto en largas distancias, este año que termina se queda con una pequeña deuda pendiente con el CCC,  hermana «pequeña» 96km del UTMB, donde en sus 2 participaciones ha tenido la mala suerte de ser los años en los que han recortado el recorrido, así que aunque las ha terminado, volverá en algún momento para terminar la carrera en su recorrido y km originales,  de hecho en el 2010 fue la primera persona a la que pararon en Vallorcine cuando la organización decidió parar la carrera

Para poneros un poco en antecedentes os diré que el Tor  des Geants es una carrera que va a lo largo de las Vías Altas del Valle de Aosta, con salida y llegada en la preciosa ciudad de  Courmayeur, por un total de 330 km y 24.000 metros de desnivel positivo. El paso por los pies de montañas tan emblematicas como el Monte Cervino, el Mont Blanc, el Monte Rosa y el Gran Paradiso dan al recorrido una belleza única.

La crónica que nos trae Ana es del año 2011 pero me parece un lujo contar con ella, además hay que decir que fue la primera mujer española en cruzar la meta junto con Ana Sebastian, otra gran aventurera.

Una carrera?  Una aventura?  Una lucha?  El Tor Des Geants por Ana Bustamante

«Como un imán el Valle de Aosta tira de mi y me llama de nuevo, me dice que he de volver, el Tor des Geants con sus luces y sus sombras es demasiado atrayente para pasar de largo ante él.

397588_457174731011641_1691168462_n

Todo comenzó de forma un poco inconsciente, Pablo iba a participar en la segunda edición del Tor y yo, sin saber muy bien de que iba esa historia le dije  que también iba, que me hiciese la inscripción. Y así, tras unos cuantos meses cargados de kilómetros y de Ultras, en Septiembre del 2011 me encontraba en la línea de salida de la carrera de montaña, dicen,  más dura del mundo, ante mi, 332 kilómetros y 48000 mts de desnivel acumulado en formato non stop y con 150 horas para completarlo.

A las 10 de la mañana de ese 11 de septiembre mi corazón retumbaba en todos los rincones de mi cuerpo, una mezcla de miedo, ilusión, curiosidad, y no se cuantas cosas más habían invadido todo mi ser, era domingo, me iba y…no sabía cuando iba a volver!!!! Acabada la cuenta atrás los 500 traileros comenzamos nuestra particular aventura.

El primer día el cuerpo va fresco y salvo la lluvia y la tormenta que nos recibe la primera noche todo marcha sin problemas, estos primeros kilómetros los comparto con Pilar y Manel un matrimonio de lo más aventurero. Un ratín de descanso en la base vida, las hay cada 50 kilómetros, y a continuar. Los problemas empiezan a surgir el segundo día, mi cuerpo se rebela…es que no me vas a dejar descansar??? Me duelen muchísimo los talones, me entra diarrea y me viene la regla… pues no, no te voy a dejar descansar, así que deja de mandarme señales molestas porque hay que seguir. Dicho y hecho, al tercer día todos éstos problemas se habían ido, claro que fueron sustituidos por otros, pero vayamos por partes.

420990_457174821011632_1957062110_n

Para este momento ya he conocido a Ana Sebastian y a Oscar Martin, los tres formaremos una pequeña familia y compartiremos muy buenos y otros no tanto, momentos. No vamos siempre juntos, los tiempos de descanso son diferentes, pero si que en los cuatro días que aún nos quedan compartimos muchísimo tiempo.

A partir del tercer día es cuando tus piernas ceden el testigo a tu coco, ahora hay que luchar contra un montón de variables, los pies ya han comenzado a “adornarse” de ampollas, las uñas están cogiendo un tono cereza preocupante, tienes dolores en músculos que ni sabías que existían, pero sobre todo, y lo más duro, tu cuerpo, tu mente y todo tu ser quieren dormir!!! Y tu sigues caminando y corriendo, esto último cada vez menos, como una autómata con un único objetivo, la meta en Courmayeur.

Recuerdo como los momentos más duros de la prueba cuando empieza a anochecer y nos adentramos en algún bosque afrontando alguna subida, la falta de sueño te hace entrar en un estado de semilocura y entonces comienzas a ver árboles que te saludan, gente conocida que pasea por el bosque, ropa tendida en las ramas,…y a ratos camino dormida y sólo despierto cunado doy un traspiés y estoy a punto de dejarme los dientes en el suelo. Suelo pararme a dormir mi horita reglamentaria sobre la una de la madrugada, otro momento duro, llegar al refugio, decirle al guarda que a la hora me despierte, no poder coger el sueño porque me duele todo y cuando estoy en lo mejor… es la hora … coger la mochila, ponerme la chupa, cargar los bidones de te y salir, sola, por esas montañas, y  decir, Ana… ole tus huevos!!!! con perdón de la expresión.

66452_457175541011560_13772759_n

Oscar, Ana y yo, formamos un gran equipo, nos damos el apoyo necesario pero sin agobiar, estamos siempre pendientes de los momentos de bajón, que, menos mal, no nos suelen coincidir y luego está Rober, el hermano de Oscar que ha venido a seguirlo en la furgo y nos cuida con un esmero, que verle en las bases vida es como ver un oasis en el desierto. Pero es en los tramos más técnicos donde verdaderamente actuamos como una piña, la falta de sueño te hace perder el sentido de alerta o de miedo y también merma los reflejos, y una mano amiga siempre ayuda.

El jueves me entero que Pablo ya ha llegado y encima ha hecho pódio, ha quedado el tercero, esta noticia me da fuerzas para seguir, unido a que él ahora me va a esperar a las bases vida y junto con Rober y algún español más hacen pandilla y se lo pasan canica mientras nos esperan.

71661_457175194344928_572485113_n

Los dos últimos días se hacen duros de verdad y ahí es donde puedo comprobar lo fuerte que es nuestra mente y nuestro cuerpo y lo poco que lo exprimimos, mi único pensamiento es llegar, ni esas ampollas  que me han curado ya ni se cuantas veces, ni esas uñas que en las bajadas me martirizan, ni el sueño, ni las rodillas, ni nada, van a impedir que cumpla mi sueño. La última noche no dormimos, un poco de polenta y unos embutidos en un refugio amenizado por un paisano tocando el acordeón y a afrontar el último col, el Col de Malatrá, una subida interminable, en una noche más larga aún y pensando que Pablo ya estará durmiendo en una confortable cama. Subo dormida y me tropiezo con una plantación de tomates, por supuesto inexistentes, y en la cumbre estalla la locura, somos cuatro o cinco allá arriba, risas, conversaciones de besugos,… esto ya casi está chavales, hoy por la mañana estaremos en meta.

227781_457174777678303_1084313440_n

Rememoro continuamente esos últimos kilómetros, quiero y no quiero llegar, oímos a los lejos, en los altavoces que está llegando un grupo de españoles, quiero que este momento no acabe, estoy tan feliz… a pocos metros de meta Pablo me da la bandera de España y con ella, por fin y después de 332 kilómetros y de 146 horas, entro en meta. Me abrazo a Pablo, no se si río o lloro, no recuerdo, estoy tan cansada, tengo tanto sueño y a la vez estoy tan llena de alegría, de felicidad que vuelvo a estar como en la salida hace ya seis días, en ebullición. Mi sueño se ha hecho realidad, ya soy una gigante.

Como dije al principio, el Tor es una mezcla de luces y de sombras a partes iguales, las sombras, esos momentos malos que viví ya los conocéis, pero las luces son muchas y brillan más, a parte de la organización que es de 10, o esos paisajes espectaculares con el Cervino, el Mont Blanc, el Monte Rosa y todas esas montañas emblemáticas observándonos, esas amistades que vas haciendo por el camino y que al final ya son como tu familia porque has compartido con ellos momentos muy especiales, y sobre todo el descubrimiento de esa fortaleza de tu propio yo, ese potencial que tenías escondido y que ha salido para demostrarte que en esta vida si algo lo crees firmemente, lo acabas creando.

564767_457176087678172_555353304_n

Algo ha cambiado en mi después de haber hecho el Tor, puede parecer exagerado e incluso habrá personas que piensen que doy demasiado importancia a una prueba deportiva, para mi fue toda una aventura y a día de hoy soy capaz de trasladar esa fuerza que descubrí en mi, a situaciones complicadas de la vida y relativizar las cosas que realmente no tienen importancia.

 

 

 

 

 

Perseguir un sueño, hasta casi rozar la obsesión… al igual que un marino fija su mirada en las estrellas… en esto consiste la felicidad».

537911_457175237678257_1447216174_n

 

 

 

 

 

 

 

 

 

No se vosotras pero leyendo estas líneas, he recorrido  junto a Ana esas montañas con las que sueña cualquier montañero, espero que  hayáis disfrutado de su aventura y quien sabe si alguna de vosotras no se sienta atraída hacia esta formidable carrera 😉

Fotografías: Ana Bustamante, Tor des Geants y pantacolor.it
Información recopilada por Memphismadrid para Avernotrail.com

Esta entrada tiene 8 comentarios

  1. Que maravillosa prqueña/grande mujer. Mi mas sincera felicitación y a por todasssssssssss!!! tu lo vales.

  2. Jose Luis Martinez

    Preciosa cronica,que envidia de la sana,ole Ana.

  3. Montse.

    Enhorabuena por tu vivencia y por tu crónica. Campeona. Alegre campeona.

Deja una respuesta